Experiencia tremendamente desagradable la que sufrió la ultracorredora de montaña Heidi Frehlich. Cuando se inscribió en la prueba Desert RATS by UTMB 100K en Colorado hace poco más de un mes no tenía ni idea del infierno que le esperaba. Lo explicó la atleta en su cuenta de Instagram y lo cierto es que la situación fue crítica. También lo comparte el portal ‘Canadian Running’.
“Los 100 km en realidad iban bastante bien, estaba cómodamente en segundo lugar, acercándome a la primera y sintiéndome sólida”, escribió Frehlich. “Eso fue hasta que conseguí un poco de agua del puesto de socorro alrededor del 40km y comencé a vomitar como un proyectil poco después, lo que rápidamente se convirtió en no poder respirar, quedando 5km hasta el siguiente puesto de socorro”. La canadiense marchaba segunda y empezó a pasarlo realmente mal.
Contaminación cruzada
Frehlich, que es alérgica a los cacahuetes y a las nueces, se vio obligada a usar su EpiPen y dijo que “tratar de correr 5 km cojeando en el calor mientras luchas por respirar y no desmayarte es en realidad peor de lo que puedas imaginar”. Si bien puede parecer casi imposible que Frehlich haya estado expuesta a las nueces después de tomar solo agua de una fuente externa, ella dice que la contaminación cruzada fue la probable culpable. “Algo tan simple como que una persona manipule cacahuetes o nueces y toque mi petaca o incluso la jarra de agua sin lavarse las manos primero. Eso es todo lo que se necesita”.
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