Cuida tu peso, protege tu corazón

Vivir con exceso de peso y grasa acumulada puede aumentar el riesgo de enfermedades cardiovasculares

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Sierra de Madrid


La Organización Mundial de la Salud (OMS) cataloga la obesidad como una pandemia mundial de tipo no infeccioso. No es para menos. En nuestro país afecta a 1 de cada 5 personas. Además, se estima que cada año mueren en el mundo 2,88 millones de personas a causa de la obesidad y el sobrepeso o, para decirlo de forma más precisa, a causa de patologías con una gran morbimortalidad directamente relacionadas con este exceso de peso y grasa acumulada, como enfermedades del hígado, distintos tipos de cáncer y, principalmente, enfermedades cardiovasculares (ECV).

Sobrepeso y obesidad, factores de riesgo cardiovascular

En la actualidad, las ECV son la primera causa de muerte en nuestro país (con más de 121.000 fallecimientos en el año 2022). A pesar de los avances, el estudio REALITY de la Sociedad Española de Cardiología (SEC) ha mostrado que 2 años después de sufrir el primer evento cardiovascular, un 25,2% de los pacientes sufren un segundo evento y un 8,9% de los pacientes mueren. ¿Se podrían revertir estas cifras desde el tratamiento y la prevención del sobrepeso y la obesidad?

Para responder es necesario entender, en primer lugar, que la obesidad es una compleja enfermedad crónica, progresiva y recidivante que se define por una acumulación excesiva de grasa. “Estudios epidemiológicos han demostrado que el sobrepeso y la obesidad son factores de riesgo para todas las ECV, como son el infarto agudo de miocardio o la insuficiencia cardiaca, las arritmias o la muerte súbita. También es la responsable de la aparición enfermedades como la diabetes mellitus, la hipertensión, la apnea obstructiva del sueño, la enfermedad grasa del hígado y muchas más”, advierte la Dra. María Dolores García de Lucas, internista del Hospital Universitario Regional de Málaga.

“El nexo entre obesidad, adiposidad y enfermedad cardiovascular se explica sobre todo por el exceso o disfunción de tejido adiposo visceral, es decir, en la zona del abdomen”
Dr. Cristóbal Morales , Especialista en endocrinología de la Clínica Vithas de Sevilla y vocal de la SEEDO

En la misma línea apunta el Dr. Cristóbal Morales, especialista en endocrinología de la Clínica Vithas de Sevilla y vocal de la Sociedad Española de Obesidad (SEEDO), quien insiste en que “hay una relación lineal: a mayor índice de masa corporal y adiposidad, mayor riesgo relativo de eventos cardiovasculares, tanto en hombres como en mujeres. Y esto ocurre no solo en la obesidad, sino también en el sobrepeso”.

Paciente con sobrepeso siendo atendido por una enfermera
Paciente con sobrepeso siendo atendido por una enfermera

Los datos así lo corroboran: el 20% del total de la población con obesidad en España tiene al menos una ECV establecida (cardiopatía isquémica, ictus, enfermedad arterial periférica) y el 34,9% de los pacientes tienen obesidad en el momento en el que sufren un evento cardiovascular. Cada incremento en el IMC de 5 kg/m2 se asocia con un aumento del 30% y 40% en el riesgo de mortalidad cardiovascular y por cualquier otra causa. Por tanto, mayor IMC es inversamente proporcional a esperanza de vida.

“El sobrepeso y la obesidad son factores de riesgo mayor para todas las enfermedades cardiovasculares, como el infarto agudo de miocardio o la insuficiencia cardiaca”
Dra. María Dolores García de Lucas, internista del Hospital Universitario Regional de Málaga

No obstante, más allá del IMC, la zona en la que se acumula la grasa es clave en el pronóstico, siendo la de la zona abdominal la más peligrosa. Por ello, muchas veces se recurre al índice de cintura cadera (ICC), una medida que mide los niveles de grasa en la zona del abdomen.

Como aclara el Dr. Morales, “el nexo entre obesidad, adiposidad y enfermedad cardiovascular se explica sobre todo por el exceso o disfunción de tejido adiposo visceral (TAV), que metabólicamente es muy activo y secreta adipocinas que causan inflamación vascular y resistencia a la insulina. Un aumento de la acumulación de grasa en el abdomen se asocia, por tanto, a los factores de riesgo metabólico y la ateroesclerosis”.

Abordaje integral de la obesidad y el sobrepeso

La buena noticia es que, según los especialistas, el sobrepeso y la obesidad son factores de riesgo modificables, es decir, que se pueden prevenir y controlar para, de este modo, reducir las posibilidades de padecer una enfermedad cardiovascular. Además de las herramientas utilizadas para reducir el riesgo cardiovascular, la concienciación desde edades tempranas sobre la necesidad de llevar un estilo de vida saludable y el abordaje farmacológico de la obesidad deben ser parte integral de la prevención y manejo de estos eventos, subrayan.

Los doctores defienden que el camino hacia una mejor salud del corazón pasa por un cambio de estilo de vida en el que necesitamos saber cómo comer y hacer ejercicio. “Desafortunadamente las autoridades sanitarias solo recientemente han reconocido la obesidad como una enfermedad crónica, no como un vicio o una desviación de la conducta de una persona. Eso ha hecho que hasta ahora no hayan considerado necesaria la inversión adecuada en educación alimentaria y nutricional y educación física desde la infancia para atajar esta enfermedad desde su raíz”, lamenta la Dra. García de Lucas.

Tampoco podemos obviar que la obesidad obedece a una compleja interacción entre factores genéticos, externos, conductuales y fisiológicos que deben ser tenidos en cuenta. Abordar un problema como la obesidad requiere “empatía y formación específica” -señala la internista-, así como un planteamiento terapéutico amplio y multidisciplinar centrado en ayudar a la persona en su día a día.

De igual modo, la doctora reclama “más medios humanos en centros de salud y hospitales para parar la pandemia de obesidad” y que los tratamientos para revertir la obesidad y sus consecuencias vasculares “estén al alcance de todas las personas”.

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