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Cada vez más firmas de moda de baño utilizan fibras recicladas para fabricar sus productos, lo que supone dar una segunda vida a los residuos y, además, reducir el volumen de plásticos que acaba flotando en el mar.

Cada vez más firmas de moda de baño utilizan fibras recicladas para fabricar sus productos, lo que supone dar una segunda vida a los residuos y, además, reducir el volumen de plásticos que acaba flotando en el mar - Foto: Shutterstock
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 Eduard Palomares 15 julio, 2024

Una botella de plástico puede acabar flotando en el mar de dos maneras distintas: una pésima para el planeta y otra espléndida. El primer caso se dará si llega como residuo, algo que representa actualmente un desastre natural. Según los datos de Parlamento Europeo, los océanos albergan actualmente 150 toneladas de plástico y la Fundación Ellen Macarthur calcula que en el 2050 podría haber más plásticos que incluso peces. La segunda manera es que una botella termine en el mar en forma de bañador, algo cada vez más habitual y que permite ofrecer una segunda vida a un material cuya producción no para de crecer, a pesar de representar un grave problema para el medio ambiente.

Marcas de ropa de baño, tanto grandes como pequeñas, utilizan cada vez más tejidos reciclados y sostenibles en sus colecciones, muchos ellos procedentes de botellas de plástico. No se trata de que cada marca disponga de su propio taller de reciclaje, sino que existen empresas especializadas en la transformación de estos residuos en fibras aptas para la fabricación de bañadores. Una de las más usadas es Repreve, que somete a los envases recuperados un proceso industrial mediante el cual son molidas, derretidas y reformulados en pellets. A continuación, se derriten y de ellos se extrae una fibra reciclada que acabará convertida en una tela que cumple con los estándares de alta calidad en cuestiones como la gestión de humedad, la regulación térmica o la elasticidad.

Multinacionales como Volcom, North Sails o Sundek utilizan este tejido para elaborar algunas de sus colecciones, así también como marcas de producción local como la madrileña Tiwel. La catalana Fitplanet también comenzó usando esta fibra si bien en su última colección ha ido un paso más allá con el uso del tejido Sequal, que no solo se nutre de botellas sino también de otros plásticos recuperados del mar con la ayuda de pescadores, por lo que contribuye de doble manera a la limpieza del medio marino. Además, el proceso de fabricación tiene lugar entre Girona, Mataró y Barcelona. Parte de los beneficios de cada bañador o bikini van destinados a oenegés que velan por la protección del entorno marítimo y de los animales que viven en él.

Nylon y poliéster reciclados

Otra tela reciclada que también se está usando para fabricar bañadores, así como otras prendas, es el nylon reciclado de la firma Econyl. Incluso firmas de alta costura se han fijado en ella como una manera de reducir su impacto ambiental. Este hilo ayuda a reducir el flujo de basura global presente en vertederos y océanos, ya que para su confección se procesan antiguas redes de pesca, alfombras y plástico industrial para recuperar el máximo material posible. Una de sus ventajas es que, tras un proceso de regeneración, el nylon obtenido adquiere su pureza original. Es decir, que es exactamente que el virgen y puede volverse a reciclar, en lo que supone la máxima expresión de la economía circular.

Finalmente, también se puede fabricar ropa de baño con poliéster reciclado, reaprovechando botellas de plástico PET, desechos industriales de poliéster e incluso prendas de vestir. Igual que el caso anterior, la reconstitución de la fibra a nivel molecular hace que no exista diferencia entre el poliéster reciclado y el virgen, por lo que el rendimiento, la durabilidad y los beneficios son los mismos. Eso sí, con un impacto ambiental menor, ya que lo fabricantes calculan que reduce las emisiones un 75% y evita más extracciones de petróleo, principal materia prima de esta fibra.

De esta forma, lucir un nuevo bañador puede tener también una implicación ambiental, y esto es algo a tener en cuenta en la próxima compra. Porque, sin duda, es mucho mejor que una botella de plástico, una red de nylon o cualquier otro residuo vuelva al mar en forma de ropa de baño que no de basura.


Eduard Palomares
Eduard Palomares

Redactor en Prensa Ibérica y escritor.