Con besos y abrazos, la madre de Mateo consolaba a sus compañeros de colegio que no podían contener las lágrimas. En un minuto de silencio que rompía el aplauso de los vecinos de Mocejón. Momentos muy duros para esta familia a la que el equipo de fútbol en el que jugaba Mateo quiso rendirle homenaje con una camiseta, que sus amigos enseñaron y besaron emocionados. La alcaldesa también estuvo presente y acompañó a la familia, muy querida en el municipio de 5.000 habitantes en el que regentan esta panadería. Un hecho que sucedió en la normalidad de los más pequeños de Mocejón que jugaban en el mismo polideportivo de siempre. Con la mala suerte de encontrarse en el momento y lugar menos acertado.