En un octubre con temperaturas más propias del verano se hace extraño observar las ventanas de muchas viviendas del norte de España cerradas a cal y canto. En las últimas semanas, en varias localidades del País Vasco o Navarra los cristales se abren justo lo necesario para ventilar la estancia y se vuelven a sellar rápidamente, como evitando proteger el hogar de una amenaza exterior.

Chinche hedionda: así es el último invasor que busca refugio en nuestras casas (leer noticia)