Bienvenidos al nacimiento de un nuevo héroe del fútbol. Mundo, he aquí Dominik Livakovic, modesto guardameta del Dinamo de Zagreb en su día a día, monstruoso gigante en Qatar, como un Clark Kent del Mundial. Más poderoso que Alemania, más fuerte que España, un solo hombre para frenar la mayor epopeya que ha sabido dibujar esta edición de la Copa del Mundo. Japón y su espíritu estajanovista sucumbieron en octavos de final ante la inabarcable magnitud de un portero que detuvo tres de los cuatro penaltis de los que dispuso.

El embrujo de Croacia con los penaltis finiquita la epopeya japonesa (leer noticia)