Los jugadores coreanos reunidos en el medio del campo con una tablet en la mano ya es historia del Mundial. La diferencia entre estar o no estar en octavos de final no estaba en el Education City, estaba en el Al-Janoub, donde un gol de Uruguay daba el billete a los 'charrúa'. La tensión era máxima. Dependían de un tercero que todavía tenía 8 minutos de añadido por delante y no cesaba en su empeño de anotar un gol más. Un gol que no llegó y que hizo estallar de euforia a unos asiáticos que, con los deberes hechos ante una Portugal ya clasificada, vivieron un final de infarto para superar la fase de grupos por tercera vez en su historia.

Hwang mete a Corea del Sur en octavos en un final de infarto (leer noticia)