Ganar un partido a Primera nunca es fácil. Por mucho que se roce la perfección durante muchos minutos y haya una sensación de superioridad tan insultante como la del Girona ayer en Granada. Los rojiblancos dieron un recital de juego y efectividad en Los Cármenes para llevarse los tres puntos en un partido que estuvo a punto de enturbiarse en la segunda parte cuando los andaluces cuestionaron el 0-3 con el que se había llegado a la media parte gracias a los goles de Tsygankov, Savinho -qué gran partido el suyo- y David López. Couto, a dos minutos para el final, acabó con la desazón para certificar una victoria que mantiene el Girona en una nube y convierte el inicio de curso no en bueno, sino en estratosférico.

Festival del Girona en Granada (leer noticia)