El cambio de año le ha sentado como un tiro al Espanyol. Desde la alegría de Nochevieja en Mestalla, los de Vicente Moreno han sumado un punto, y sobre la bocina, en cuatro partidos. La situación empieza a preocupar, pese a que la zona de descenso parece todavía lejana. Poco muy poco se salva del duelo de San Mamés. Sólo la clase de Tonny Vilhena y poco más. La debilidad defensiva es alarmante y sin De Tomás no hay quien intimide. Y asoman Barça, Sevilla y Villarreal. Toca espabilar.

El Espanyol pierde el norte en Bilbao y llega al derbi en crisis (leer noticia)