Bien dicen que las victorias son un bálsamo y que las heridas es más fácil curarlas ganando. Pero al Sevilla le ha tocado la otra cara de la moneda. El 2-0 con toda la ventaja ante el PSV se le convirtió en un corte profundo que no para de sangrar: 2-3, eliminación en la Champions League y una crisis de resultados que no para.

No hay paz en el camino del Sevilla (leer noticia)