El Real Madrid se prepara para arrancar una nueva era en términos de negocio. Lo hace de la mano de un estadio del siglo XXI que ha de facturar tanto o más que el equipo de fútbol, pero también de su nuevo futbolista icono: Kylian Mbappé. Con esta operación, Florentino Pérez vuelve a sacar el manual que usó en los años 2000 para relanzar el negocio del club con los Galácticos y que previamente utilizó Santiago Bernabéu. La receta clásica del fútbol cuando no había ni televisión ni internet. Las grandes estrellas atraen público al estadio, eso hace crecer los ingresos y da más capacidad para continuar atrayendo a marcas. Una cuestión no menor dentro del ambicioso plan del presidente blanco, que ambiciona superar los 1.000 millones de euros en ingresos ordinarios este año, siete veces más que cuando accedió por primera vez al cargo en 2000.

El Real Madrid revoluciona su negocio y busca superar la barrera de los 1.000 millones en ingresos (leer noticia)