Ancelotti no es de los entrenadores que justifique sus errores, suele reconocerlos, pero también le gusta poner un punto dramático a lo que le rodea para justificar ciertos acontecimientos. El último ha sido tirar de victimismo para disimular el bajón dado por su equipo en los últimos partidos, en los que algunas de sus decisiones no fueron acertadas.

Ancelotti sortea la crisis a base de empates (leer noticia)