Salió valiente el Girona en el Santiago Bernabéu con una larga posesión de casi dos minutos, pero fue poco menos que un espejismo, pues el equipo de Míchel se vio claramente superado por la calidad de un Real Madrid al que no le importa defender en muchas fases del partido cerca de su área para salir después al contragolpe. Puede hacerlo por el enorme peligro que llevan sus delanteros siempre que pueden correr. Uno de ellos, Vinicius, ganó más de medio partido el solo.

El Real Madrid marca territorio (leer noticia)