Joan Laporta quiere dar el golpe. Lleva pensando en ello desde que regresó a la presidencia. El problema es que cuando llegó a la entidad no solo no pudo cumplir con la promesa electoral de renovar a Leo Messi, sino que se vio atado de pies y manos a la hora de acudir al mercado con la intencíon de ilusionar a la parroquia con un fichaje incontestable.

Julián Álvarez, reclamo electoral (leer noticia)