Las maldiciones siempre tienen un punto marcado de incomprensión. El judo se había convertido para España en un deporte demasiado contradictorio. La imposibilidad de hacer casar la expectativa con el resultado estaba resultando ya demasiado dura. Porque, desde que Isabel Fernández lograra el oro en Sidney 2000 (apenas la sexta de la historia), hace ya 24 años, ningún español había logrado colgarse un metal olímpico. Lo consiguió, por fin, y tras mucho esfuerzo y dolor, Fran Garrigós este sábado en París. Venció en la lucha por el bronce de la categoría de -60 kilos al vigente campeón del mundo, el georgiano Guiorgui Sardalashvili en el Campo de Marte, con la Torre Eiffel escondida tras un pabellón prefabricado convertido de repente en paraíso.

Fran Garrigós logra la primera medalla para España y rompe con su bronce la maldición del judo (leer noticia)