La responsable del Servicio Secreto, de quien dependía la seguridad del expresidente Donald Trump el día del atentado que a punto estuvo de costarle la vida, ha declarado ante el Congreso. Kimberly Cheatle ha asumido toda la responsabilidad de los errores. "El intento de asesinato del expresidente Donald Trump el 13 de julio es el fracaso operativo más significativo del Servicio Secreto en décadas, y le tengo a él y a su familia en mis pensamientos", ha dicho. Estos fallos permitieron al atacante de 20 años abrir fuego contra Trump y los asistentes al mitin, en el que murió una persona.