Faltan solo cinco jornadas para acabar la Liga y el calendario ha decidido que, tras asegurarse el Real Madrid el título gracias a una trayectoria surtida de polémicas y errores arbitrales a su favor, Girona y Barça deban dirimir en Montilivi quién se queda la segunda plaza, esa que muchas veces se lee como la del primero de los perdedores. Más allá de valoraciones, los alicientes, económicos y deportivos, son demasiado importantes como para no pelear por ella. Sin embargo, uno más mundano y terrenal sobresale entre todo lo que está en juego: quién es el mejor.

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