En casos de agresión sexual la carga probatoria recae principalmente en el relato de la víctima, el cual debe cumplir tres parámetros para ser considerado prueba de cargo suficiente para enervar la presunción de inocencia. Uno de ellos sería la persistencia en la incriminación, de ahí que la estrategia de la defensa del futbolista Rafa Mir, acusado de un delito de agresión sexual con acceso carnal a una joven de 21 años, pase por encontrar contradicciones en el testimonio de las víctimas, que hasta el momento no se han dado.

Rafa Mir reconoció ante la jueza: “Vi la sangre, era un arañazo nada más” (leer noticia)