Le costó entrar en el partido, pero cuando lo consiguió hizo saltar la banca. Así funcionan los jugadores diferentes: no necesitan ser constantes para poner patas arriba los partidos. Lamine volvió a demostrar que es uno de ellos. Hubo pocas noticias suyas en la primera parte, pero en la reanudación demostró que es uno de los jugadores más creativos del torneo. Suya fue la asistencia del segundo gol de España, obra de Fabián de cabeza.

Al baile de Lamine solo le faltó el gol (leer noticia)