Al último dueño de tan simbólica camiseta le abrieron la puerta de salida. Se fue Ansu Fati del Barça. Quiso irse, repitió una y varias veces Xavi. Quiso irse porque veía que no iba a jugar nada. O poco, transformado casi en el último de la fila de delanteros. Al penúltimo propietario de esa zamarra lo despidió el Barça sin importar su nombre (Leo Messi) ni su condición (uno de los mejores jugadores de la historia, por no decir el mejor). De pronto, el ‘10’, o manto sagrado como le suelen llamar en Brasil porque perteneció durante años a Pelé, se ha transformado en algo maldito si es azulgrana.

Nadie quiso el '10' del Barça que Ansu heredó de Messi (leer noticia)