Los Juegos de la inclusión

España logra su objetivo en unos Juegos Paralímpicos de París 2024 que marcarán un punto de inflexión

“Bienvenidos a la revolución paralímpica”. Con este término se daba la bienvenida el pasado 28 de agosto a los Juegos Paralímpicos de París. Quince días después, la capital francesa baja el telón, con el objetivo más que cumplido.

La revolución se ha fraguado durante quince días de París con unos Juegos que pasarán a la historia como los primeros en crear una integración total rompiendo cualquier barrera de la discapacidad.

"París 2024 prometió unos Juegos Paralímpicos revolucionarios y abiertos al mundo. Sin duda han cumplido, organizando un evento deportivo espectacular que ya está teniendo un tremendo impacto en la sociedad francesa y en todo el mundo". Así de claro lo describió Andrew Parsons, el presidente del Comité Paralímpico Internacional.

París deja un legado imborrable y a buen seguro difícil de superar. Atletas y miembros de la familia paralímpica han vivido unos Juegos sin precedentes donde la igualdad ha reinado en todo momento.

La llama olímpica vuela ya hacía Los Ángeles con la revolución paralímpica más viva que nunca.

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La mejor cifra desde Londres

La delegación española partió hacia París llena de ilusión y de ambición, con ganas de superar la barrera de las 40 medallas que no se conseguía desde Londres 2012. Era la gran meta que todo el mundo quería alcanzar y que incluso Miguel Carballeda, el presidente del Comité Paralímpico Español, marcó antes de partir rumbo a la capital francesa. “Superar a Tokio y soñar con las cuarenta”.

Sueño cumplido. España alcanzó las 40 preseas logrando un resultado más que bueno y sobre todo, esperanzador de cara al futuro. El talento joven ha aflorado en París presagiando un gran futuro para España en el deporte Paralímpico

No hubo un solo día sin medalla para la delegación que consiguió sumar medalla en diez deportes distintos. Siete oros, once platas y veintidós bronces impulsados sobre todo desde la gran piscina de La Défense, donde la delegación consiguió sumar un total de quince medallas. Los triunfos de Tasy Dmytriv e Íñigo Llopis fueron los grandes momentos, igualando la natación con el triatlón y el ciclismo en ruta como los deportes más exitosos.

El atletismo fue sin duda la gran otra fuente de medallas, con ocho, aunque solo con el oro de Yassine Ouhdadi en los 5000 metros.

La esgrima, el ciclismo en pista, el judo, el tiro olímpico, el tenis de mesa y el tenis en silla de ruedas, que por primera vez consiguió sumar medalla, fueron los otros deportes que consiguieron tocar metal.

Oro

Plata

Bronce

Tasy Dmytriv (natación, 100 braza SB8)

Sara Martínez (atletismo, salto de longitud T12)

Ricardo Ten (ciclismo en pista, persecución individual, C1)

Yassine Ouhdadi (atletismo, 5000 metros T13)

Ricardo Ten, Alfonso Cabello y Pablo Jaramillo (ciclismo en pista, velocidad por equipos C1-5)

Miguel Luque (natación, 50 braza, SB3) ​

Iñigo Llopis (natación, 100 espalda S8)

Toni Ponce (natación, 100 braza SB5)

Enrique Alhambra (natación, 100 mariposa, S13) ​

Daniel Molina (triatlón, PTS3)

Marta Francés (triatlón, PTS4)

Alba García (atletismo, salto de longitud T11)

Susana Rodríguez y Sara Pérez (triatlón, PTVI 1)

Núria Marquès (natación, 100 espalda S9)

Alfonso Cabello (ciclismo en pista, kilómetro contrarreloj C4-5)

Ricardo Ten (ciclismo en ruta, contrarreloj, C1)

Nuria Marquès (natación, 200 estilos SM9)

Joan Munar (atletismo, salto de longitud T11)

Sergio Garrote (ciclismo en ruta, contrarreloj H2)

Alberto Suárez (atletismo, maratón, clase T12)

María Delgado (natación, 100 espalda S12)​ ​

Marta Fernández (natación, 100 libre S3)

Teresa Perales (natación, 50 espalda S5)​

David Pineda (atletismo, 400 metros T20)

Juan Antonio Saavedra (tiro, rifle mixto de 10 metros tendido R3)

Eduardo Santas (ciclismo en ruta, contrarreloj C3)

Nil Riudavets (triatlón, PTS4) ​

Sergio Garrote (ciclismo en ruta, prueba en línea H2)

Marta Fernández (natación, 50 espalda S3)

Relevo 4x100 libre mixto 34 puntos: Nuria Marquès, Óscar Salguero, Iñigo Llopis, Sarai Gascón, Anastasiya Dmytriv y José Antonio Marí

​Álvaro del Amo (atletismo, lanzamiento de peso F11)

Damián Ramos (ciclismo en ruta, contrarreloj C4)

Marta Fernández (natación, 50 braza SB3)

Judith Rodríguez (esgrima, florete)

Relevo 4x100 libre mixto 49 puntos: José Ramón Cantero, María Delgado, Emma Feliu y Enrique Alhambra

Álvaro del Amo (atletismo, lanzamiento de disco F11)

Tasy Dmytriv (natación, 200 estilos SM9)

Daniel Caverzaschi y Martín de la Puente (tenis, dobles)

Marta Arce (judo, -57 kg J2)

Ander Cepas (tenis de mesa, individual clase 9)

Héroes paralímpicos

Más allá de los resultados obtenidos en París, hay deportistas que serán recordados por lo conseguido en los Juegos

Teresa Perales

No pudo ser en Tokio cuando parecía que lo tenía en su mano, pero en París, Teresa Perales volvió superar todos los obstáculos habidos y por haber y escribió su nombre en letras mayúsculas en la historia del deporte.

Fue bronce, pero bien sabe a oro una medalla que la iguala en número de metales en unos Juegos Paralímpicos nada más y nada menos que con Michael Phelps, el atleta con más preseas en olimpiadas.

28 con el último bronce conseguido en La Défense en los 50 metros espalda categoría S2, nueva para ella tras haber perdido la movilidad del brazo izquierdo en abril del año pasado. Siete oros, diez platas y once bronces que elevan su figura todavía más en el olimpo de la natación y en la historia del deporte español.

No fue fácil, pero su gen ganador volvió a salir a relucir cuando parecía que en París sería casi imposible volver a subirse al podio. Partía con uno de los peores tiempos de la clasificatoria de la mañana y tras una salida muy igualada, fue de menos a más para acabar tocando la pared en tercer puesto ante la alegría de los miles de españoles que se hacían oír como nunca en las gradas de la majestuosa piscina francesa. "Qué ganas tenía de volver a escuchar esta palabra" explicaba exultante cuando le recordaban el gran récord conseguido. "Me prometí que iba a llorar solo si ganaba y he llorado muchísimo" afirmaba.

"Me daba igual el color, yo quería una que era la 28"

"Sabe a récord del mundo esta medalla. Tiene mucha historia detrás, mucho esfuerzo detrás. Bueno, todos los deportistas ponemos mucho esfuerzo y mucho empeño. Algunos tenemos la suerte de poder subir al podio y otros pues tienen mala suerte o... que a veces son unas milésimas de segundo lo que te separan de la medalla y es muy injusto. Y esta pues va un poco por toda esa gente que queda a las puertas y por todos aquellos que mantenemos la esperanza hasta el final y hemos tenido la suerte de conseguir subir al podio. Aunque sea el bronce, pero vamos, que me sabe ya os digo a récord del mundo. Me daba igual el color, yo quería una que era la 28".

Una luchadora incansable

El camino desde Tokio hasta París no ha sido nada fácil. Tras el enorme susto que tuvo en la capital nipona, donde fue ingresada en un hospital después de sufrir una serie de convulsiones y espasmos a la conclusión de la última de las cuatro pruebas en las que tomó parte en los Juegos, el relevo 4x100 metros.
Todavía se sigue sin saber las causas exactas, pero decidió salir adelante y luchar una vez más, ante un nuevo obstáculo. Desde entonces, su discapacidad se ha agravado. Ha perdido prácticamente la movilidad en su mano izquierda y ha tenido que reinventarse y empezar de cero después de dos décadas de éxitos y aprender a nadar solo con el brazo derecho.
"Estoy muy orgullosa de haber intentado este camino que ha sido tan y tan duro. Algún día contaré de verdad lo sufrido que ha sido. Aprovecho para mandar un mensaje para todos aquellos que están sufriendo tanto y que no ven un camino por delante, que sepáis que hay que confiar en cada uno porque de verdad lo hay" explicaba en una muestra más de su categoría.

Princesa de Asturias

No extraña, por tanto, que a Teresa Perales concedieran en 2021 el Premio Princesa de Asturias de los Deportes como reconocimiento a toda su trayectoria, por “convertirse en un ejemplo de superación para millones de personas con discapacidad en todo el mundo y en un icono del deporte paralímpico internacional”.

La aragonesa perdió la movilidad desde la cintura hasta los pies a los 19 años debido a una neuropatía. Antes practicaba kárate y quiso seguir ligada al deporte, pero lo hizo en la piscina. Básicamente, porque la natación era un deporte barato de practicar y le gustaba la sensación de libertad que tenía en el agua. Comenzó su carrera con la natación adaptada en 1997 y lleva ya más un cuarto de siglo de competición en competición.

Perales, que también ha sido política en las Cortes de Aragón y ha escrito un par de libros y ha participado en un tercero, es toda una institución en su mundo. No en vano, en septiembre de 2008 fue elegida miembro del Consejo de Deportistas del Comité Paralímpico Internacional y estuvo en el cargo hasta 2016.

De por medio, en los Juegos de Londres 2012, fue la abanderada de la delegación española en la ceremonia de inauguración. Un año en el que, además, recibió la Gran Cruz de la Real Orden del Mérito Deportivo; la máxima distinción para un deportista español y, además, con el honor de ser la primera paralímpica en obtenerlo.

Ricardo Ten

Ricardo Ten Argilés. 49 años. Con tan solo ocho, sufrió quemaduras en el 75% de su cuerpo que le hicieron perder los dos brazos y una pierna. Pese a ello, nunca pensó en apartar el deporte de su vida y su primera gran preocupación no fue otra que la de poder volver a montarse en una bici.

En París, el valenciano suma sus séptimos Juegos Paralímpicos, aunque no siempre compitiendo en ciclismo. Tras su fatal accidente, Ricardo se refugió en el deporte y en especial, en la piscina. Empezó a nadar y encontró en el agua el gran aliado para seguir ligado al deporte.

Durante dos décadas forjó su leyenda en las piscinas con más de 40 medallas internacionales, tres oros, una plata y tres bronces en cinco Juegos Paralímpicos. Pero tras los juegos de Río algo se apagó en su interior. La motivación por seguir nadando había llegado a su fin fruto de unos resultados que no llegaban a sus exigentes expectativas.

La cita de 2016 parecía ser la última en su carrera, hasta que de nuevo subido en una bici, volvió a encontrar la ilusión. Su insaciable hambre competitivo le llevaron a alzarse entre los mejores de manera inmediata y pese a que ni él mismo sabía como lo había conseguido, el hecho era que estaba listo para competir de nuevo por las medallas en Tokio.

Además, lo hizo con el plus de ser el abanderado español. Quedó cuarto en la persecución, ganó un bronce en la velocidad por equipos y sufrió un desvanecimiento por un golpe de calor cuando acariciaba la medalla en la crono. Un contraste de sensaciones que le dejaron con un sabor inconformista y con la cita de París ya entre ceja y ceja.

Objetivo cumplido

A la capital francesa llegaba con el objetivo de llevarse un metal. Objetivo que quedó corto y es que ya en las primeras horas de competición, consiguió la primera. Para él y para España, un honor que ya nadie le podrá quitar. Ser el primero siempre es especial y queda en el recuerdo, aunque a título personal seguro que le sabrá mejor lo sucedido días después en la contrarreloj.

Completó su actuación en pista con la plata por equipos, aunque su cabeza estaba puesta desde el primer día en las calles de Clichy-sous-bois.

"La realidad ha superado, por mucho, las expectativas que tenía puestas en estos Juegos"

El oro en la contrarreloj era por lo que venía trabajando desde hacía meses y el sueño por el que se levantaba uno y otro día de la cama para entrenar y prepararse día tras día. Un oro para cerrar un ciclo paralímpico histórico, con siete Juegos y un palmarés envidiable, que a partir de ahora contará con el preciado oro que tanto ansiaba.

Ricardo Ten voló por en la prueba de la contrarreloj en su categoría C1 mostrando una firmeza y un control de la situación absolutos para sumar su tercera medalla en París y redondear así una actuación perfecta. Oro, plata y bronce. Poco más a pedir.

Susana Rodríguez

Lo hizo en Tokio por primera vez en y en París, Susana Rodríguez se exhibió para revalidar el oro en el triatlón en categoría PTVI1. De principio a fin, marcando su favoritismo desde el agua, encima de la bici y recorriendo el puente de Alejandro III, la gallega volvió a subir al Olimpo del deporte.

"Cada historia es una página diferente, todo tiene su trabajo detrás, ganar unos juegos es muy difícil y conseguir repetirlo creo que todavía mucho más" aseguraba emocionada sin dejar de abrazarse con su guía, Sara Pérez.

Un camino hasta París que estuvo marcado por la grave caída que sufrió en la Copa del Mundo de Vigo meses atrás, cuando rodaba a más de 70 kilómetros por hora en bicicleta. "Fue bastante difícil volver a encontrar el camino, hubo momentos incluso en los que no tenía claro si iba a volver a hacerlo, pero afortunadamente hicimos un trabajo muy grande y pude regresar y disfrutar de esto" explicó.

"Fue bastante difícil volver a encontrar el camino, hubo momentos incluso en los que no tenía claro si iba a volver a hacerlo"

Un accidente que evidentemente rondó en su cabeza hasta la cita paralímpica, pero que no le negó la gloria. "Intentas no pensar en ello y seguir hacía delante. Intentamos olvidarlo pero al llegar a París, las noches antes de competir, te vuelve a rondar la cabeza" explicó Sara, que a su lado, no la dejaba un solo segundo de abrazar.

Un éxito más allá del deporte

Al margen de sus éxitos deportivos, esta gallega fue distinguida y reconocida durante 2021 por su trabajo. Es médico residente en el hospital de Santiago de Compostela. En julio de ese año fue portada de la prestigiosa revista ‘Time’ debido a su lucha contra el Covid-19. En los inicios de la pandemia se situó en primera línea de batalla cuando aún se desconocía el alcance exacto de la enfermedad y los Juegos Paralímpicos no habían sido suspendidos. Rodríguez dejó claras sus prioridades. No iba a perder tiempo en ir a Japón si podía aportar algo en su campo.

Los Juegos se cancelaron, se vio algo de luz en medio de la pandemia y la triatleta pudo retomar, en parte, los entrenamientos. Siempre compaginándolos con sus horarios en el hospital y, con las restricciones que estaban vigentes, lo hizo en casa con una máquina de remo, una cinta de correr y una bicicleta estática. Un material que le gestionó el Comité Paralímpico. Japón seguía en el objetivo de la viguesa, que nació con una discapacidad visual provocada por su albinismo. Ve un 5% por un ojo y un 8% por el otro.

Rodríguez empezó practicando atletismo y en 2008, al no conseguir una plaza para Pekín, optó por cambiar de disciplina y pasarse al triatlón. 13 años más tarde le llegó la recompensa, que ha rubricado tres años más tarde a lo grande en París.

Loida Zabala

Entre los 4500 atletas que han competido estos días en París, ha habido cientos y cientos de historias de superación que rompen cualquier barrera que uno se pueda imaginar. El deporte abre una segunda vida en todos ellos siendo un escaparate inimaginable en los peores momentos de su vida.

Pero de entre todas ellas, hay algunas que escapan de la lógica vital. Una de ellas es la de Loida Zabala, la haltera española que ha vivido en París sus quintos Juegos Paralímpicos. Diploma en todos los anteriores, su gran logro en la capital francesa fue simplemente poder estar en ellos.

Hace menos de un año, en noviembre, a Loida le detectaron un cáncer de pulmón de estadio 4, ya incurable. Lejos de hundirse, la cacereña tomó la mejor decisión posible. La de vivir. Y ello pasaba por estar en París compitiendo, como había hecho toda la vida. Nada la detuvo y tras meses de preparación y sufrimiento, lo logró.
Este pasado jueves, en el Arena Porte de la Chapplle, Loida se colgó la mejor medalla de todas, la medalla a la vida.

El deporte como salvavidas

Con 11 años, la extremeña sufrió una infección de médula que le provocó la pérdida de movilidad en las piernas. Tras su paso por el hospital, donde estuvo cuatro meses ingresada, comenzó a levantar pesas con el fin de valerse por mí misma, tener fuerza y sentirse independiente.

Ahí nació una pasión que dura hasta hoy y que la ha convertido en campeona de España en 19 ocasiones.

El deporte le devolvió toda la ilusión y su afán por superarse día a día la llevó hasta Pekín, Londres, Río y Tokio. Un camino que tampoco estuvo marcado por las facilidades precisamente. Antes de la cita londinense, en 2012, sufrió malos tratos por parte de su pareja que le dejaron maltrecho el brazo derecho.

Pese a ello, Loida decidió no rendirse una vez más y con la ayuda de su familia y la ilusión por volver a estar donde más quería acabaron haciendo que pudiera estar en la cita paralímpica.

En noviembre de 2023, todo volvió a truncarse, cuando tras una parálisis en el brazo izquierdo le detectaron el cáncer. Sus precedentes del pasado le ayudaron para poder llegar donde se marcó entonces. París era su gran objetivo, esquivando la nueva bala que la vida le lanzaba. Y así fue. "Llegar a París era mi medalla" aseguró con lágrimas en los ojos sacando todo el peso de lo sufrido.

"Cuando estaba en el hospital, ella solo estaba obsesionada en entrenar para llegar a París. Yo lo único que pensaba era que iba a morir" explicaba su entrenador, Óscar Sánchez, en quien reside gran parte del triunfo de Loida.

"Poder haber llegado hasta aquí, pues ya es una victoria muy grande. Todo lo que tuvimos que hacer para dar el peso exigido y todo el trabajo para llegar a estar dentro han sido duros. Ha levantado una carga que ahora mismo está muy bien para la situación en la que está ella" aseguró.

Con ambición de seguir... y sobrevivir

24 horas antes de competir, Loida no sabía aun si todo el esfuerzo hecho podría ser recompensado. Su aumento de peso debido a la medicación 'amenazaba' su presencia, pero una vez más, y tras horas y horas de trabajo y de sauna, lo consiguió.

Pudo estar en la Chappelle, donde consiguió levantar sus tres intentos. Parecían testimoniales por el poco peso en comparación con sus rivales, pero tras ello se escondía una historia de superación que nadie más podría levantar. "Me ha costado mucho llegar hasta aquí, han sido muchos meses de sacrificio, pero cuando finalmente me dieron la noticia de que podría esta, fue increíble" explicó.

"Me gustaría sobrevivir hasta Los Ángeles 2028"

Lejos de quedarse con el gran triunfo de poder estar en París, Loida ya quiere buscar su siguiente foco. "Me gustaría revalidar el título de campeona de Europa, que es dentro de dos años, entonces me da tiempo recuperar el estado de forma que estaba el año pasado, y después me gustaría sobrevivir hasta Los Ángeles 2028". Así claro y así de simple. Sobrevivir cuatro años para poder estar en unos nuevos Juegos Paralímpicos. Tan cruel, como real. Tan duro, como verdadero.

Loida consiguió en París la medalla más preciada del mundo. La medalla a la vida. Una verdadera inspiración para cualquiera, aunque ella crea que es algo 'normal'. "No me considero una inspiración realmente porque yo sé que esa fuerza interior que se me puede ver ahora lo tiene cualquier persona. Solo que quizás, si no ha pasado por ciertas situaciones, no lo ha llegado a ver. Yo no sabía que era así de fuerte, por así decirlo. Sé que todo el mundo tiene eso dentro" aseguró.

Diga lo que diga, un ejemplo inigualable.

Tasy Dmytriv

Romper barreras. Eso mismo lleva haciendo Anastasiya Dmytriv, conocida como Tasy, desde hace 16 años. Los mismos que han pasado desde que nació y los que ha tardado en conseguir colgarse una medalla de oro en unos Juegos Paralímpicos. Una historia de superación y de éxitos prematuros que la han llevado a ser la primera en poner la bandera de España en lo más alto de París.

Lo hizo en los 100 metros braza en la categoría SB8 con una autoridad imponente en una piscina de La Defense que quedó asombrada con tal exhibición. Cogió la delantera nada más saltar al agua y con su imponente brazada no dio opción a ninguna de sus rivales. Bicampeona del mundo y oro en europeo, ya puede presumir de serlo también en unos Juegos Paralímpicos.

"Me miran como sintiendo lástima porque me falta parte del brazo, pero luego han tenido que callarse al verme nadar"

No es nada nuevo, y es que Tasy sabe bien lo que es romper con las barreras y los prejuicios. Es habitual verla competir y coleccionar medallas en pruebas convencionales frente a chicas sin discapacidad. “Siempre me ha gustado, es una forma de superarme a mí misma. Alguna vez me han subestimado por la apariencia física, me miran como sintiendo lástima porque me falta parte del brazo, pero luego han tenido que callarse al verme nadar”. Así de claro y contundente lo siente y lo dice.

Tasy nació sin el antebrazo derecho, en la fría ciudad de Lviv (Leópolis), en Ucrania. Allí vivió solo año y medio, ya que en diciembre de 2009 llegó a España. Desde entonces, un ascenso fulgurante y una demostración tras otra de talento que han obligado a dejarla de ver como una promesa para pasar a verla como una estrella.
Pese a ello, asimila sin más sus logros, solo quiere divertirse nadando: “Elegí la natación porque me aporta libertad y alegría, me siento cómoda y me permite desconectar de todo. No imaginé que llegaría tan lejos, ni siquiera pensaba en competir. Ahora que estoy entre las mejores, soy ambiciosa, voy a por todas” sentenció confiada.

Derribada la puerta, Tasy también se colgó el bronce en los 200 metros estilos S9 y en el 4x100 relevos mixtos. Sin duda, uno de los grandes nombres propios de la delegación española en París.

Martín de la Puente

Nunca en la historia del tenis en silla de ruedas español se había podido soñar con conseguir una medalla en unos Juegos Paralímpicos. De hecho, nunca nadie había sido capaz de alcanzar unas semifinales en ninguno de los cuadros. Hasta que en París, Martín de la Puente derribó la puerta de manera imponente.

Roland Garros, en las emblemáticas pistas donde la bandera española ha ondeado en lo más alto tantas y tantas veces, Martín tenía claro que debía ponerse fin a la maldición.

Consiguió romper la barrera de las ‘semis’ tanto en individual como en dobles. No pudo acceder a ninguna de las finales, pero junto a Daniel Caverzaschi, consiguió el bronce. Ante la pareja francesa, en una Suzanne-Lenglen imponente, los españoles entraron a la historia por la puerta más grande posible.

En individuales no pudo repetir la gesta. Pese a ello, la semana de Martín en París quedará para el recuerdo.

Una vida de muchos capítulos

Martín, nacido en Vigo hace 25 años, soñaba con jugar algún día al fútbol defendiendo la camiseta de su querido Celta. Con 8 años, le diagnosticaron una enfermedad congénita rara que le deformaba los huesos, el llamado Síndrome de Proteus y tras más de 15 operaciones, le amputaron el pie izquierdo.

“Cuando desperté de la anestesia sentía aún el pie, pero era el síndrome del miembro fantasma, levanté la sábana y cuando vi que ya no estaba, me puse a llorar. Fue una etapa dura, me miraba al espejo y me rallaba, dejé incluso de ir a la playa porque me miraban y eso me afectaba. Pero acabé enfrentándome a ello con humor y positivismo. No pasa nada por ser distinto, si la vida te pone obstáculos, hay que buscar soluciones y sonreírle” relata recordando ese momento.

Allí empezó una nueva aventura de su vida, que poco a poco aprendió a asimilar. Se subía a regañadientes en una silla de ruedas adaptada y empujado por su hermano se decidió a coger la raqueta, algo inimaginable para el gallego, que siempre se miró al espejo sin complejos, con una sonrisa cautivadora, solo con la pena de no poder celebrar goles en Balaídos.

"El esfuerzo, la confianza y el trabajo nos ayudan a superar retos que parecen imposibles"

Con tan solo 14 años se coronó como campeón de España absoluto, demostrando la valía y el nivel de un niño prodigio en el que se pusieron todas las expectativas habidas y por haber. Una presión que en su momento fue dura de asumir, pero que ahora, diez años después, parece haber dejado atrás con su gran lema de vida: "El esfuerzo, la confianza y el trabajo nos ayudan a superar retos que parecen imposibles".

Con un título de Grand Slam en dobles en su palmarés y dos diplomas olímpicos, llegaba a París dispuesto a hacer historia. Y vaya si lo ha hecho.

Yassine Ouhdadi

El atleta español revalído el título de los 5000 metros con una exhibición de superioridad y poderío solo a la altura de las leyendas

Marta Fernández

La nadadora española sumó tres medallas (una plata y dos bronces) elevando a seis el total en sus dos participaciones en Juegos Paralímpicos

Dani Molina

No conoce otra medalla que no sea de oro. Tras conquistar hasta en cinco ocasiones el título mundial y otras seis el de Europa, en París consiguió el oro con el que tanto soñaba, el de los Juegos Paralímpicos.

Marta Arce

Desde la última vez que Marta Arce había subido a un podio paralímpico habían pasado 12 años. En ese tiempo, la judoca ha tenido tres hijos y varios intentos de retirada. Sin embargo, en París 2024 Arce se ha demostrado que no tiene límites logrando un bronce épico

Los guías

Han sido los héroes invisibles que cada Juegos Paralímpicos necesitan. Sin focos, sin brillo y apenas sin nombre, la función y el trabajo de los guías ha vuelto a brillar en la oscuridad.
Algo tan necesario como admirable que ha recorrido por las calles de París en el triatlón y en la maratón, así como en las pruebas celebradas en el Stade de France.
Con el mismo mérito que todos y cada uno de los atletas, los guías han sido los otros héroes de París.

Los mejores momentos de los Juegos

Majestuosa inauguración

Bajo el lema de ser "los juegos más inclusivos de la historia" París dio la bienvenido a los Juegos Paralímpicos con un espectáculo de música, luces y mucha acción. Con un paseo majestuoso desde los Campos Eliseos hasta la plaza de la Concordia, los atletas desfilaron hacía una ceremonia a la altura de la cita

Medalla histórica

La taekwondista afgana Zakia Khudadadi se colgó la medalla de bronce, siendo la primera deportista refugiada en conseguir una medalla en unos Juegos

Lección de humanidad

El técnico alemán estuvo presente en París para animar a su gran amigo desde hace 23 años, el jugador paralímpico de bádminton Wojtek Czyz. "Estamos listos para ver más de lo que se muestra” aseguró.

Teresa Perales iguala a Michael Phelps

La española sumó su 28ª medalla en unos Juegos Paralímpicos, llegando a la cifra del nadador americano, el deportista más laureado de la historia de los JJOO, ante el delirio del público de La Défense

El golball impresiona en París

El deporte para personas con discapacidad visual cautivo la capital francesa, llenando día tras día el Arena 6. Un descubrimiento que dejó huella en los Juegos.

El Sena obliga a suspender también el triatlón

Como ya sucediera en los Juegos Olímpicos, el estado del agua del río Sena obligó a posponer un día la disputa del triatlón

Brasil pierde por primera vez

La ‘canarinha’ que sumaba seis oros en los seis Juegos que se venía disputando este deporte (desde Atenas 2004) sucumbió en las semifinales ante Argentina. Un hito histórico en la historia del deporte

Mehrzadselakjani gana de nuevo el oro

El gigante iraní de 2,41 metros, segundo hombre más alto del mundo, consiguió su tercer oro en tres Juegos Paralímpicos. Tuvo que dormir en el suelo los primeros días por falta de una cama a su altura

El beso de Tara Davis y Hunter Woodhall

Fue una de las imágenes más icónicas de los Juegos Olímpicos de París este pasado mes de agosto. El beso y la celebración de Tara Davis Woodhall, campeona en salto de longitud, con su marido, Hunter Woodhall maravilló al mundo. Un hecho que se repitió semanas más tarde con el oro de Hunter en los 400 metros

Jinchen Guo y su icónica manera de nadar

Propulsado por sus piernas y sin apenas sacar la cabeza del agua, el joven de 23 años maravilló a todos los presentes. Como si un torpedo volará por el agua de La Défense, Guo ha conseguido hacerse con cuatro oros, dos récords del mundo incluidos, y dos platas en París.

Au revoir, París

'C'est fini'. París despidió los Juegos Paralímpicos bajo la intensa lluvia que fue protagonista de inicio a fin en el Stade de France. Con la música nuevamente como la gran protagonista, la capital francesa dio el adiós definitivo a un año de ensueño, con la tranquilidad de haber concluido un trabajo magnífico.

La bandera paralímpica ya ondea a manos de Los Ángeles, que coge el relevo con la presión de intentar igualar el ejemplo que París ha dado en la inclusión y la integración de la discapacidad entre su sociedad, rompiendo todas las barreras y cumpliendo el objetivo de iniciar la llamada "revolución paralímpica"