Una remontada como una Catedral

Carlos Alcaraz se sobrepuso al primer set ganado por Medvedev y acabó logrando el billete a la gran final del Wimbledon (6-7, 6-3, 6-4 y 6-4)

Así hemos vivido el duelo entre Alcaraz y Medvedev

Alcaraz, a la final de Wimbledon

Alcaraz, a la final de Wimbledon / EFE

Albert Gracia

Albert Gracia

Carlos Alcaraz estará en la gran final de Wimbledon. Un año más. Le tenía 'miedo' a Medvedev por la facilidad del ruso para llegar a todas las pelotas, pero el miedo no deja de ser algo relativo. Le hizo correr el murciano, se olvidó de la derrota en semis del pasado US Open y le terminó remontando un partido que el ruso empezaba ganando en el 'tie break'.

Sin embargo, en el juego de estados de ánimo, Carlitos fue muy superior. Aguantó como pudo cuando no se notó bien y, cuando elevó su juego, fue imparable para Daniil. Segunda final consecutiva en el All England Club, la Catedral del tenis. Una victoria como una Catedral.

Gran inicio de Medvedev

Y eso que la cosa no empezaba del todo bien. Alcaraz cedió el primer saque a Medvedev, sabedor de que al ruso siempre le cuesta arrancar, y a punto estuvo de forzar el primer break. Pero el primer set no iba a ser precisamente el mejor que haya disputado el murciano en Wimbledon. Pocos minutos después, el ruso le rascaba la primera rotura de servicio. En blanco.

Alcaraz andaba impreciso, quemándole la pelota y moviéndose a merced de un Medvedev al que le bastaba con ir pasando bolas. Demasiados errores no forzados para Alcaraz, desconcentrado sobre la hierba del All England Club.

Alcaraz, en el duelo ante Medvedev

Alcaraz, en el duelo ante Medvedev / EFE

Ni siquiera el contrabreak forzado justo después, en el 3-1, le servía al murciano para meterse en la manga. Otra vez Medvedev, demostrando que su saque vuelve a ser el de antes, ponía ventaja de nuevo para el ruso. Todo era de toma y daca, con demasiados errores, pero ni con el set totalmente en contra, Alcaraz se fue del partido. No estaba en su mejor momento, pero ha aprendido a seguir vivo en los sets, incluso cuando no está bien. Forzó el 5-4 con el break, se mantuvo firme en el 5-5 y llevó la manga hasta el 'tie break', donde el ruso no hizo prisioneros con un contundente 7-1.

A partir del segundo set, todo cambió para Carlitos. El tenis son estados de ánimo, y Alcaraz mejoró con el suyo. Minimizó errores, exprimió a Medvedev y, en el 2-1, forzó el break que abría la manga en su primera bola de rotura. Los puntos estaba siendo cada vez más largos y el murciano se centró en su mejor juego. No había tirado prácticamente ni una dejada en el primer set. El resultado no fue otro que llevarse el set en un claro 6-3.

Velocidad de crucero

Cogía velocidad de crucero el tenis del murciano ante un Medvedev que se fue apagando. De devolverlo todo, a ir forzado. Cerraba sus saques Alcaraz, no así el tenista ruso. El de El Palmar forzaba la rotura con el 2-1 y confirmaba en el 3-1 para seguir mandando en el partido. Se divertía y se soltaba el murciano, clave en su juego. Sacó la ventaja y ya no hubo quién le tosiera el set.

En el cuarto, Alcaraz demostró que, en los puntos claves, está. Medvedev, a diferencia de otros partidos cuando va perdiendo, jamás tiró la toalla y, en muchos momentos, igualó las prestaciones del murciano. Del break de Carlitos en el primer juego, al break de Daniil en el segundo. Sin embargo, el partido estaba para Alcaraz.

Mantuvo su saque a tono, aguantó las embestidas de Medvedev con la derecha y, al final, le terminó hincando el diente al encuentro con un break en el 3-3 que sonaba a definitivo. Y así fue. No titubeó Alcaraz, el ruso empezaba a decir que no con la cabeza y el billete a la final se lo adjudicó Carlitos. Grito incontestable. El murciano, a solo un paso de revalidar título.