Así puedes dormir en el castillo donde se rodó Traitors España por poco más de 100 euros

El arquitecto José Luis Picadero en la década de los 70 llevó el castillo a una estética de a la Edad Media

El Castillo de Sigüenza acoge a la perfección la trama de misterio gótico con espíritu incluido

Parador Castillo de Sigüenza - Paradores de Turismo

Parador Castillo de Sigüenza / Paradores de Turismo

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Un lugar diferente para un reality diferente. Traitors, el nuevo Reality de HBO necesitaba el lugar perfecto para darle ese toque a su trama de misterio gótico. Un castillo con fantasmas incluidos en el que, además, podrás dormir por poco más de 100 euros reservando con Booking.

El nuevo reality tiene algunas similitudes con otros concursos como sus famosos, todos quieren ganar y la convivencia pero, ¿qué lo hace distinto? Pues el planteamiento de las pruebas, porque en este caso el objetivo es sobrevivir a la traición de otros concursantes. En realidad, se trata de un cluedo –un juego de mesa de detectives– pero interpretado por personas reales: 18 famosos, cada uno por un motivo diferente, pero todos tienen algo en común, saben actuar y mentir a la perfección.

El lugar elegido finalmente para llevar a cabo la trama ha sido el Castillo de Sigüenza, un edificio de origen medieval pero muy restaurado tras la rehabilitación dirigida por el arquitecto José Luis Picadero en la década de los 70 que llevo el castillo a una estética de a la Edad Media… ideal para alojar a sibilinos traidores. 

Castillo de Sinüenza

Hay quien dice que en la colina en la que se ubica el Castillo de Sigüenza ya pudo existir un asentamiento arévaco, la tribu celtíbera prerromana de la mítica Segontia. Pero de lo que no cabe duda es de que los romanos aprovecharon este lugar para instalarse una vez que Escipión el Africano tomó las riendas de la conquista de la península ibérica. 

Tras alojar a los musulmanes durante muchos siglos, se dice que el propio Cid Campeador tomó la plaza seguntina, aunque lo cierto es que los datos históricos se inclinan por el obispo aquitano Bernardo de Agén en torno al 1124. Desde entonces, el castillo pasa a ser propiedad y feudo de los obispos de Sigüenza. 

En los siglos posteriores, el castillo vive diversos avatares que lo alteran. Tanto reformas para reforzar su carácter defensivo como las torres que se añaden en el XIV, como rehabilitaciones para mejorar su carácter residencial, incluyendo la intervención auspiciada por el obispo Juan Díaz de la Guerra a finales del XVIII.  

Y luego llegó la Guerra de Independencia que tuvo consecuencias catastróficas para el edificio, siendo saqueado por las tropas francesas, que fue “rematado” por las guerras carlistas. Ya en el siglo XX llegó a ser cuartel de la Guardia Civil, pero tras la Guerra Civil quedó abandonado convirtiéndose en una ruina que siguió siendo saqueada: se quedó sin rejas, tallas ni azulejos, hasta que las autoridades decidieron poner fin a los saqueos.

De castillo en ruinas al espectacular escenario de Traitors

Según la definición que hace la arquitecta y especialista en los Paradores de España María José Rodríguez en un interesante artículo sobre la rehabilitación del Castillo de Sinüenza, “El castillo de Sigüenza fue reconstruido con una gran invención, como una acción artística, en la que se aplicó de forma clara el criterio de la unidad de estilo para limpiar el inmueble de añadidos no medievales que desvirtuasen su sentido guerrero”.  

Pese a que se respetó el perímetro general del castillo y se reconstruyeron las piezas conservadas de la Capilla Románica, la puerta principal y las torres, así como las portadas del Patio de Armas y el Salón del Trono, el castillo vivió una profunda rehabilitación que consistió en importantes añadidos que modificaron buena parte de la estructura y de la planta. Se trazaron nuevos muros interiores y hasta una torre que completaba el extremo nororiental del castillo. 

Todo ello con un claro objetivo: recrear un castillo medieval a modo de “escenografía destinada al turista” consiguiendo un alojamiento turístico singular tal y como pretendía la Administración Patrimonial y Turística, un edificio en el que lo medieval se superpusiese a todo lo demás… aún en contra de los intereses hoteleros

Los rincones más misteriosos del Castillo de Sinüenza

La apertura del Parador ubicado en el castillo determinó no solo una profunda rehabilitación del edificio, sino también una modificación de las condiciones urbanísticas del entorno abriendo una plaza en la barbacana norte -estructura defensiva medieval- que conecta con la calle Mayor y la calle Castillejos, demoliéndose la barbacana sur convertida en corral.

A pesar del proyecto de construir una nueva torre en la esquina nordeste, se mantuvo el cuerpo original, coronándose eso sí, con almenas para remarcar su carácter defensivo medieval. Además, se eliminaron dibujos esgrafiados de las fachadas, a excepción de una, la nueva traza de la fachada este.

Para completar el conjunto, también se hizo hincapié en el mobiliario, diseñado por el propio arquitecto Picardo, en el que se puso “especial énfasis en los estereotipos medievales o arquetipos relativos a los castillos, al diseñar sillas, mesas, camas o lámparas”, incluyendo “los fraileros con chambranas historiadas, jamugas, sillas de exagerado respaldo, arcas, bargueños, bancos, mesas con fiadores o camas con dosel”. 

En Traitors se ha utilizado buena parte de este escenográfico mobiliario medieval, así como las diversas dependencias del parador entre las que destacan sus 159 habitaciones y seis salones. Entre estos últimos está el salón de Doña Blanca con capacidad para 300 personas o el Salón Capilla, con su encanto de aire medieval.

Un lugar perfecto para que los concursantes, a parte de sentir la tension del concurso, puedan encontrarse con el espíritu de doña Blanca de Borbón. El fantasma que "vive" en el castillo de Singüenza desde el siglo XIV. Fue esposa de Pedro I de Castilla por quien fue encarcelada en una torre ya que temía que conspirara contra él junto a nobles rivales.

Tras ser llevada primero al Alcázar de Jerez de la Frontera y, después, a Medina Sidonia, fallecería en 1361, supuestamente envenenada por orden del rey. Solo tenía 22 años. Su espíritu, cuenta alguno de los concursantes de Traitors, sigue presente en Sigüenza. A buen seguro que Doña Blanca habrá dado algunos consejos a estos aspirantes a traidores en sus fantasmagóricas apariciones.