INVESTIGACIÓN

La jueza citará como testigo a un tercer joven que estaba en el momento de las agresiones en el caso Rafa Mir

Especialistas de la Guardia Civil analizarán el volcado del contenido del terminal, que fue entregado voluntariamente por el futbolista, para rastrear material audiovisual de la madrugada de las agresiones sexuales

Rafa Mir, en libertad con cargos

Agencia ATLAS | Foto: J.M. López

El futbolista Rafa Mir, detenido por un delito de agresión sexual con acceso carnal, antes de quedar en libertad con cargos y medidas cautelares el pasado miércoles por la tarde, cuando se disponía a recoger las pertenencias que le fueron retiradas en el momento de su arresto el lunes, hizo entrega voluntaria de su teléfono móvil. El Juzgado de Instrucción número ocho de Llíria, que investiga la causa, ya ha autorizado su volcado para tener acceso al contenido del mismo.

Agentes del Equipo de Investigación Tecnológica (EDITE) de la Guardia Civil realizarán el volcado del teléfono personal del futbolista y posteriormente analizarán su contenido en busca de cualquier imagen o vídeo que haya sido grabado la noche del pasado sábado y madrugada del domingo en la que se produjeron las presuntas agresiones sexuales en la vivienda del jugador del Valencia CF, en la urbanización Torre en Conill de Bétera. En especial entre las siete y las ocho de la mañana, cuando ocurrieron los hechos.

En el análisis del contenido del teléfono, tanto el material gráfico y audiovisual si lo hubiera, como los mensajes, sería una prueba más que se sumaría a las declaraciones testificales y el parte de lesiones. Cabe recordar que uno de los requisitos para que el testimonio de una víctima de agresión sexual sea suficiente prueba de cargo para desvirtuar la presunción de inocencia son los elementos periféricos que corroboren su relato, de ahí la importancia de dicho volcado. Los otros dos requisitos son la ausencia de móvil espurio y la persistencia en la incriminación.

Como adelantó en exclusiva Levante-EMV, las primeras en declarar el miércoles ante la juez de Instrucción ocho de Llíria fueron las propias víctimas, quienes durante más de una hora –media hora una y media hora la otra– fueron detallando lo ocurrido esa noche, desde el momento en el que conocen al futbolista Rafa Mir en una conocida discoteca de València, después cuando se suben en el taxi, donde ya va intimando con una de ellas - con la que luego tiene sexo consentido, hecho que nadie discute -, hasta que se producen las dos presuntas agresiones sexuales. Una con acceso carnal por parte presuntamente del futbolista a la joven de 21 años (primero en la piscina y luego tras encerrarla en el baño), y la segunda unos tocamientos presuntamente cometidos por el otro detenido, jugador del Alcantarilla F. C., a la chica de 25 en la misma piscina.

El relato de las dos víctimas, que fue grabado para que no se pierda ningún detalle de sus manifestación en la posterior transcripción de sus declaraciones, fue contundente y persistente con lo manifestado previamente ante la Guardia Civil. Además, las denunciantes no trataron de ocultar nada y ambas reconocieron abiertamente haber mantenido una discusión porque una de ellas -la que había tenido sexo consentido con el futbolista – interpretó que la otra estaba con él después a sus espaldas, cuando todavía desconocía que había sido presuntamente forzada.

De hecho, especialmente duro fue el testimonio de la joven de 21, quien relató las dos agresiones sexuales con acceso de miembros corporales que este periódico no reproduce por respeto a la víctima.

Las dos chicas también coinciden, cada una con sus palabras y forma de expresarse, con la forma en la que fueron tiradas del chalet del futbolista prácticamente desnudas, y el momento en el que el segundo arrestado golpea en el labio a la de 25 causándole lesiones.

El quinto testigo

Por su parte, Rafa Mir insistió ante la juez en que todo fue "sexo consentido", tanto las relaciones sexuales que tuvo con la joven de 25 como posteriormente su «acercamiento» a la amiga de 21 años. El otro arrestado, Pablo Jara, también negó totalmente las acusaciones. Para el futbolista era su primera declaración desde que fue detenido por la Guardia Civil, ya que en dependencias del Instituto Armado se acogió a su derecho a no declarar. En cambio, el otro arrestado sí prestó declaración ante los agentes, negando los tocamientos pero reconociendo su error por el altercado con la chica cuando las tiraron de la casa.

El testimonio de la quinta persona que estaba en el inmueble, que no participó en ningún momento en las presuntas agresiones ni en el incidente en la puerta, se presenta clave en el proceso. Hasta ahora este testigo solo ha prestado declaración ante la Guardia Civil. Tendrá que ser citado por la jueza de instrucción que lleva el caso para comparar sus manifestaciones con las de los investigados y las dos víctimas. A él se van a aferrar las defensas como medio exculpatorio al sostener el testigo que no vio ni apreció en momento alguno que se estuviera produciendo una agresión sexual en dicha fiesta privada. Hay que tener en cuenta que se trata de un amigo de los futbolistas y que además lo que ocurre dentro del baño solo lo saben Rafa Mir y su víctima.

Por el momento y mientras prosigue la fase de instrucción ambos detenidos quedaron en libertad con cargos y las medidas cautelares solicitadas por la Fiscalía y las acusaciones particulares. Concretamente sendas órdenes de alejamiento de 500 metros de ambas denunciantes y apud acta. En el caso de Rafa Mir debe acudir semanalmente a firmar al juzgado y su amigo cada quince días. Además, como adelantó este periódico, la juez ha prohibido al futbolista salir del país y le ha retirado el pasaporte.

Ni la Fiscalía ni las acusaciones solicitaron la prisión provisional al considerar que hay arraigo y no existe riesgo de fuga, pese a su alto poder adquisitivo.