El Tour llega a los Pirineos sin Roglic y Ayuso

Jasper Philipsen gana ante Wout van Aert el último esprint antes de que asome un fin de semana soberbio con ascensiones al Tourmalet y el Plateau de Beille como principales obstáculos pirenaicos

Clasificaciones de la etapa 13 y general del Tour Francia tras la victoria de Philipsen

Juan Ayuso, tras Pogacar, durante una etapa

Juan Ayuso, tras Pogacar, durante una etapa / EFE

Sergi López-Egea

Sergi López-Egea

Habría sido la cordillera que Juan Ayuso hubiese descubierto para empezar a marcar visados en su pasaporte del Tour. Era el lugar donde Primoz Roglic quería por lo menos noquear a Remco Evenepoel y acercarse a la pareja incuestionable, un Padej Pogacar que a veces asume demasiados riesgos y desgaste, y un cauto Jonas Vingegaard. Era la cordillera pirenaica que no verán ni el ciclista español ni el esloveno. Son los Pirineos que este fin de semana calentarán la olla del Tour con dos etapas soberbias.

No hay líder del pelotón que se recuerde estos últimos años más gafado por el Tour; un Roglic que perdió en 2020 el amarillo a un día de París, viéndose ya ganador ante su joven compatriota Pogacar. Y el mismo ciclista que los próximos tres que ha disputado ha tenido que abandonar después de darse tres castañas de consideración, en 2021, 2022 y 2024. El año pasado no estuvo por aquí y se dedicó a ganar el Giro.

Hay un virus que castiga al pelotón. A veces, se transforma en el agresivo covid y otras deja las pruebas de antígenos repletas de dudas. Enfermos se fueron Pello Bilbao y Ion Izagirre y con covid confirmado Ayuso, 21 años, futuro enorme del ciclismo español, tuvo que poner pie a tierra cuando sólo se llevaban 30 kilómetros de la etapa llana más activa y agresiva afrontada hasta ahora, en un Tour que no se puede permitir el año que viene repetir las siete victorias al esprint que se cuentan hasta ahora. Por lo menos, queda aún la de Nîmes del próximo martes.

Con el Tourmalet, Hourquette d’Ancizan (una encerrona) y Pla d’Adet, en el guion de este sábado, nadie pareció en la 13ª etapa que corriera reservando fuerzas. Menos Pogacar, cuyo equipo infiltró a Adam Yates al inicio del día en una fuga con más peligro que un coche sin frenos. Un Pogacar que, a veces, parece que no recuerde, consejo de viejos estrategas, que el Tour tiene 21 etapas y siempre conviene reservar un poco. Que no hace falta tirar como un poseso cuando se había formado un ‘abanico’ por el viento con Evenepoel y Jonas Vingegaard a su rueda y mucho menos llegar posicionado al esprint final para acabar noveno de la etapa. 

La caída múltiple más grande del final de etapa del Tour

La caída múltiple más grande del final de etapa del Tour / Tour Francia

Hubo una caída en Pau, justo en el lado contrario por el que circulaba el jersey amarillo, una buena torta que partió al pelotón en la segunda victoria de Jasper Philipsen por delante de Wout van Aert. ¿Y si se caen por el lado de Pogacar? Hay que cuidar estos detalles y, a veces, permanecer mejor en la retaguardia donde no vuelan bicis por los aires en una llegada masiva. Vingegaard cruzó la meta el 33º y Evenepoel en la posición 71. En estos puestos nunca hay caídas y ellos juegan por ganar la general y no por convertirse en rivales de Biniam Girmay en la lucha por el jersey verde, el que viste el mejor velocista del Tour.

Reservar fuerzas no es de cobardes cuando este sábado se asciende el Tourmalet como primer gran puerto pirenaico en una etapa que acumulará 4.000 metros positivos con una leyenda que contar en los 19 kilómetros de subida -este año por la vertiente de Luz Saint Sauveur y Barèges, la otra es la que empieza en Sainte Marie de Campan-. 

El menú del domingo todavía lleva más salsa y condimentos picantes con 4.800 metros de desnivel y el paso por cumbres pura historia de la carrera: Peyresourde, que se ascendió por primera vez en 1910; Menté, eterno demonio de Luis Ocaña por caída y retirada de amarillo en 1970; Portet d’Aspet donde se mató en 1995 Fabio Casartelli, campeón olímpico en Barcelona 92; Agnes, donde Alberto Contador pasó primero en 2017, y finalmente el Plateau de Beille, donde ganaron el ‘pistolero’ de Pinto y Purito Rodríguez. 

Dos días para que Carlos Rodríguez, que corre con la fuerza del ciclismo español, luche por ganar una etapa y así acercarse a la tercera plaza del podio (ahora es quinto) por si falla alguno del trío mágico, sobre todo Evenepoel. ¡A las barricadas de los Pirineos!