Juego de Series

Max regresa al infierno de las favelas de Ciudad de Dios

La nueva serie de Max cuenta con todo un episodio piloto de lujo para entrar en la historia

Imagen una escena de la serie de televisión que continúa para Max la historia de la película Ciudad de Dios.

Imagen una escena de la serie de televisión que continúa para Max la historia de la película Ciudad de Dios. / Información

José Antonio Martínez Perallón

Mientras que algunas de las grandes plataformas han sacado la artillería pesada con el final del verano, Max (antes HBO) ha tenido una apuesta arriesgada y alejada de los multimillonarios blockbusters. Amazon Prime estrenaba esta semana la segunda temporada de Los anillos del poderNetflix nos traía su versión anime de Terminator y Disney nos traía la cuarta temporada de Solo asesinatos en el edificio, Max ha desempolvado un clásico de la cinematografía brasileña. Ciudad de Dios: La lucha sigue es la continuación de la película que abrió en su día las puertas de Hollywood al cineasta Fernando Meirelles, director de películas como El jardinero fiel A ciegas. Decía que es una apuesta arriesgada porque no es un título fácil de ver, ya que lleva al espectador al duro ambiente de las favelas brasileñas. Además, ha sido el título que ha tomado el relevo los lunes en la plataforma tras el final de la segunda temporada de La Casa del dragón. Hace dos años, HBO y Amazon competían por reinar en la fantasía épica compitiendo entre sí con las adaptaciones de Tolkien y Martin.

La nueva serie de Max cuenta con todo un episodio piloto de lujo para entrar en la historia. Y cuando hablo de ese primer capítulo de lujo, no me estoy refiriendo a la serie en sí. Es a la película Ciudad de Dios, cuya trama continúa la serie veinte años después de lo que se nos contó entonces. Esto no es ni un spin off, ni un reboot, sino una secuela directa en la que vemos tanto al protagonista como a muchos de sus personajes secundarios dos décadas después. Con la película, Meirelles demostró con gran maestría que no hace falta ambientar en Nueva York las grandes historias de gángsters. En una cinta que no tenía nada que envidiar a las de Scorsese nos mostraba la vida en un submundo marginal dominado por el crimen y el tráfico de drogas donde a la mínima uno se podía llevar un disparo a la cabeza o encontrarse con niños armados que se comportaban como verdaderos psicópatas. "He fumado, he esnifado y he matado. Soy un hombre como vosotros", decía uno de esos infantes para justificar que le dejaran entrar en la banda. La película se estrenaba en el año 2002, el mismo en el que HBO estrenaba The Wire, un título mítico en las historias de narcotráfico en la televisión.

La nueva serie nos devuelve a ese submundo con la incógnita de si sabrá estar a la altura de su precedente cinematográfico. La producción televisiva abandona el formato más documental que tenía el largo para ofrecernos unas imágenes mucho más estilizadas y cuidadas, pero igual de violentas. El primer episodio ha servido para reencontrarnos con varios de los personajes que sobrevivieron a la película y ver qué ha sido de ellos veinte años después mientras que deja el camino preparado para la trama de lo que se nos va a contar a lo largo de los seis episodios que tiene la primera temporada. Un aviso, la serie ya ha sido renovada para una segunda temporada. Aunque Meirelles no dirige esta serie y se limita a ejercer labores de productor, la cinta mantiene el estilo de este ya clásico cinematográfico. Su estreno es toda una oportunidad para descubrir la película a todos aquellos que no la hayan visto. Puestos con el símil del piloto de una serie de televisión, bien podría compararse con una de esas producciones de Netflix ambientadas en los 80, ya que es en esa década cuando transcurría la trama de la película. 

En la serie de televisión, la acción da un salto a la primera década de los 2000, justo cuando se estrenaba el filme de Meirelles y poco antes de que Lula da Silva llegara a la presidencia de Brasil. Habrá que ver si la situación política brasileña tiene repercusión en la trama, y me atrevería a decir que sí porque ya se nos ha presentado como personaje principal a un político corrupto. Puestos a seguir renovando temporadas, ¿llegaremos a los años de Bolsonaro? Porque la película ya hacía un largo recorrido por la historia de la favela.

El protagonista sigue siendo Buscapé, un joven con aspiraciones a ser fotógrafo a través del que veíamos la vida en la favela. En muchas ocasiones, ni siquiera intervenía en los hechos que nos mostraba la película, sino que sus ojos y su cámara son los que nos permiten ver lo que sucede allí adentro. Veinte años después es ya un fotoperiodista consolidado y de prestigio, gracias a sus orígenes, que le permiten acceder a lugares donde los medios no tenían capacidad de llegar. En el primer episodio, vemos que ahora se hace llamar Wilson y busca un cambio en su trabajo, harto de retratar la muerte y la violencia. Sin embargo, los años de relativa tranquilidad que ha habido en la favela parece que están a punto de acabarse con la salida de la cárcel de uno de los personajes que conocimos en la película y que aspira a llevarse su pedazo del pastel. A su manera, aquí también luchan por el trono de hierro