Juego de Series

La guerra que no llega a "La casa del dragón"

El año que viene volveremos a Poniente y a los Siete Reinos, ya que está previsto el estreno de un nuevo spin off del universo de ficción creado por George R. R. Martin,

Olivia Cook y Emma D’Arcy en una imagen promocional de La Casa del Dragón que ha terminado esta semana en Max.

Olivia Cook y Emma D’Arcy en una imagen promocional de La Casa del Dragón que ha terminado esta semana en Max. / Redacción

Jose Antonio Martínez

El final de la segunda temporada de La casa del dragón nos ha dejado con la miel en los labios. La épica batalla con dragones entre las distintas facciones del clan Targaryen, prometida desde que empezó la serie, sigue sin llegar. Han pasado dos años desde que acabó la primera temporada y ya entonces nos dejaron con la sensación de que lo que habíamos visto era una introducción. Un aperitivo de lo que se nos venía encima. La segunda entrega acabó el pasado lunes y, nuevamente, nos han puesto los dientes largos. Pero de la prometida guerra, nada de nada. Y eso que hay rumores que dicen que ya está rodada. Una posibilidad que veo poco probable, ya que serán escenas en las que habrá mucho efecto especial por ordenador y ese proceso es, muchas veces, hasta más lento que la filmación de las secuencias de acción real. No sé cuánto estarán de avanzadas esas escenas, pero me quedo con el dato positivo de que quizá nos eviten esos dos años de espera hasta que lleguen los nuevos episodios. Unos capítulos que nos acercarán más al final de la serie, después de que Max haya anunciado que acabará en la cuarta temporada. Así que la tercera será la penúltima.

Para aliviar la espera, el año que viene volveremos a Poniente y a los Siete Reinos, ya que está previsto el estreno de un nuevo spin off del universo de ficción creado por George R. R. Martin, El caballero del dragón, una nueva precuela situada narrativamente cien años antes de los hechos narrados en Juego de Tronos. O, según como se mire, un siglo después de La casa del dragón. Mientras, la maquinaría de Max sigue estirando el chicle y hay más títulos en marcha. Aunque la lista de proyectos viene sufriendo continuas altas y bajas y, dado que están en fase embrionaria, es difícil saber cuántos serán realidad.

La casa del dragón no ha llegado aún la altura de la serie madre, pero cada está cogiendo mayor impulso y nos recuerda el potencial que tenía Juego de Tronos, cuando la red de intrigas por hacerse con la corona se estaba tejiendo y se iban forjando alianzas. Esta segunda serie ha permitido seguir profundizando en los personajes principales. Pero también nos ha dejado momentos épicos, como la gran batalla que veíamos en el cuarto episodio. Ese que nos recordaba que en esta serie cualquier personaje puede morir y no diremos más por aquello de los spoilers. Y dado que la trama adquiere por momentos tintes más shakesperianos, esto no va a terminar bien para nadie y están asegurados momentos equivalentes al impacto de la Boda Roja.

Rhaenyra Targaryen (Emma D’Arcy) y Alicent Hightower (Olivia Cooke), amigas durante su infancia, están al frente de las dos facciones enfrentadas y tratan de evitar una guerra que seguramente provocará miles de muertes. Está complicado esto de elegir bando, ya que en cada uno de ellos vemos a auténticos psicópatas sanguinarios. Es interesante hacer paralelismos con la situación política mundial, donde vemos cómo se encumbran al poder a dirigentes que parecen mentalmente inestables y más empeñados en aferrarse a él que en velar por el interés general; mientras que el belicismo crece en el ambiente, impulsado por determinados elementos de la clase política. 

Como la Europa actual, el mundo de La casa del dragón se encamina hacia una gran guerra después de haber conocido más de 75 años de paz durante el reinado de Viserys (Paddy Considine). Si nosotros tenemos las bombas nucleares, los Targaryen cuentan con sus propias armas de destrucción masiva: los dragones. Unas criaturas temibles que hasta el momento se estaban usando como medida disuasoria para aquellos osados que plantearan cualquier tipo de conflicto. Durante esta temporada hemos ido viendo como se están saltando todas las líneas rojas y los escupefuego se están empleando en batalla. El primer episodio de esta segunda entrega establecía la regla del hijo por hijo. Pero la apuesta va subiendo y pronto tendremos la norma del dragón por dragón.

En este universo de ficción se justifica eso de que el poder se herede por el mero hecho de tener sangre azul corriendo por las venas. Solo los Targaryen pueden controlar a los dragones. Y, si estos van a ser usados como armas de guerra, ya han tenido que acudir a la búsqueda de bastardos para tener jinetes suficientes en la confrontación. Algo que ya aprendió Jon Nieve (Kitt Harington) en el controvertido final de Juego de tronos.

Los protagonistas parecen haberse abrazado a una espiral de violencia en la que ya poco importan los motivos por los que empezó todo y quién tenía razón. Detrás solo quedará una senda de muerte y destrucción. Basta recordar que en Juego de Tronos, los dragones eran una especie extinta y que la trama arrancaba cuando Daenerys (Emilia Clarke) lograba los tres huevos de las criaturas con las que iba a recuperar el trono. Todos los caminos conducen a esa épica guerra que aún está por llegar. Se acerca el invierno.