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Cobra Kai y el lado oscuro del señor Miyagi

Cuatro décadas han pasado desde el estreno en los cines de todo el mundo de Karate Kid, una película que se convirtió en un clásico instantáneo para toda una generación

Imagen promocional de la serie Cobra Kai en Netflix, que ha empezado su temporada final.

Imagen promocional de la serie Cobra Kai en Netflix, que ha empezado su temporada final. / D.I.

José Antonio Martínez Perallón

Cobra Kai ha estrenado su temporada final el mismo año en el que la saga celebra su cuarenta aniversario. Cuatro décadas han pasado desde el estreno en los cines de todo el mundo de Karate Kid, una película que se convirtió en un clásico instantáneo para toda una generación. ¿Quién en su infancia no jugó a intentar dar la patada de la grulla alguna vez? Ese ataque con el que Daniel LaRusso (Ralph Maccio) vencía a Johnny Lawrence (William Zabka) en el torneo de artes marciales. Junto a esta película, se estrenaron ese mismo año toda una serie de títulos que se elevaron a la categoría de míticos y en muchos casos se las apañan para seguir regresando a las pantallas con nuevas entregas. 1984 fue el año de Karate Kid, pero también el de Terminator, Superdetective en HollywoodLos Goonies, Gremlins Cazafantasmas. Todas ellas suponían una visita obligada cada vez que se reestrenaban en los cines de verano o una de las opciones más seguras a la hora de acercarse al videoclub.

Netflix es plenamente consciente que una parte estratégica de su nicho de mercado tiene entre los 40 y los 55 años de edad, que suelen ser los que pagan la suscripción a toda la familia, por lo que una buena parte de su catálogo va destinado a explotar el factor nostalgia de sus años mozos. No solo tenemos gran variedad de títulos ambientados en los años 80, también tenemos bandas sonoras con algunos de los grandes éxitos de aquella década. Stranger Things es todo un homenaje al cine de la época. Y también están las continuaciones de algunos de esos títulos emblemáticos, donde no solo se persigue reencontrarse con el fan de toda la vida, sino también atraer a las nuevas generaciones.

Uno de los últimos ejemplos de estas sagas resucitadas de aquellos años de la mano de Netflix es la de Superdetective en Hollywood, de la que acaba de estrenar su cuarta entrega. Una película destinada a explotar el factor nostálgico y un homenaje a la saga que encumbró a Eddie Murphy como una de las grandes estrellas de los años 80. Es básicamente lo que ofrece la película, una historia de dos horas con tiros, chistes, persecuciones y malos malísimos que abundaban en las películas de acción de los ochenta y en especial las de la factoría del productor Jerry Bruckheimer. No sabemos cómo le irá a Axel Foley en su nuevo periplo en la gran N roja, pero la plataforma parece haberse quedado con otra de las franquicias clave de la década.

Pero donde Netflix sí ha estado pegando el pelotazo sin ninguna duda ha sido con Cobra Kai. Como ya hemos dicho en otras ocasiones, la mejor secuela de Karate Kid. La serie arrancó en Youtube, en un intento de la plataforma de lanzarse a la producción audiovisual para impulsar su plan de suscripciones, llegando a estrenar dos temporadas. El verdadero boom llegó cuando la serie pasó a las manos de Netflix, convirtiéndose de inmediato en uno de sus títulos más icónicos. Hasta tal punto que su despedida se va a dividir en varias entregas. No dos, como ya nos tenían acostumbrados en otras series, sino en tres. Estos episodios finales que se estrenaron la semana pasada, otra tanda de cinco capítulos más el 28 de noviembre; y la tercera entrega se anuncia para 2025. Para esta temporada final, el camino parece estar despejado para ver el enfrentamiento final de Daniel y Johnny contra John Creese (Martin Kove), ese sensei oscuro que es una versión oscura del señor Miyagi (Pat Morita), el mentor de Daniel-san.

Esta sexta temporada ha estado marcada por la revelación de hechos ocultos del pasado de Miyagi, una decisión no exenta de polémica porque, para muchos, era el sensei perfecto y se les resquebraja el pedestal al que lo habían elevado como símbolo de sabiduría y paz. Daniel halla una caja que guarda secretos sobre el pasado de su maestro. Secretos que le muestran unos años de juventud más violentos y en los que sí que llegó a competir en torneos de artes marciales, pese a que en las películas el sensei era rotundo al negarse a que Daniel lo hiciera. La crisis del protagonista está servida, aunque no dudo que las aguas volverán a su cauce cuando éste comprenda que precisamente ese lado oscuro de su sensei es lo que le ayudó a convertirse en el hombre que finalmente fue. Por lo pronto, ahora que Johnny a Daniel volvían a ser amigos, regresan a esto de andar a la gresca. Pero la serie ya nos ha recordado ese de que este tipo de rivalidades son las que les hacen mejorar. Sin conflicto, no hay motivación para superarse.

La técnica del dar cera-pulir cera, nos habla de alguien que incorporaba los movimientos de tareas de la vida cotidiana a la práctica del karate. Daniel conoció a Miyagi siendo un anciano. La sabiduría que su maestro le transmitía han sido fruto de la experiencia de años, en los que él también ha cometido sus errores y aprendió de ellos. Esta revelación de hechos oscuros de su pasado, no pervierten el legado de Miyagi, sino que lo humanizan. Estos cinco primeros episodios de la temporada final han sido una preparación para lo que nos va a venir e ir colocando a los personajes en sus respectivas posiciones en el tatami. El combate final (que será en Barcelona, por cierto) puede comenzar. 

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