El Leverkusen remonta como siempre... y es el Supercampeón de Alemania

El Bayer Leverkusen supo sufrir con un jugador menos durante más de una hora y terminó ganando la Supercopa en los penaltis

El Leverkusen empieza la temporada ganando un título

El Leverkusen empieza la temporada ganando un título / EFE

Albert Gracia

Albert Gracia

El Bayer Leverkusen de Xabi Alonso tiene más vidas que un gato. Ni con uno menos durante una hora de partido su equipo se cae. Creen hasta el final, defienden atrás cuando toca y, si hay que ir a atacar con siete, pese a ser uno menos, se va a atacar con siete. Los de la aspirina empataron un encuentro que tenían perdido para llevarlo hasta los penaltis y acabar ganándolo. El Bayer se fue de vacaciones remontando muchos duelos... y vuelve haciendo lo mismo.

Leverkusen-Stuttgart

Supercopa

2*
2
Alineaciones
Bayer Leverkusen
Hradecky; Tapsoba, Andrich (Schick, 73'), Hincapié; Tella (Frimpong, 73'), Aleix García, Xhaka, Belocian (Grimaldo, 84'); Terrier, Boniface (Tah, 41') y Adli (Wirtz, 73').
Stuttgart
Nübel; Stenzel (Keitel, 83'), Rouault, Chabot, Mittelstadt (Kratzig, 62'); Stiller (Undav, 62'), Karazor; Leweling (Silas, 62'), Millot, Fuhrich (Diehl, 76'); Demirovic.

No iba a ser la Supercopa soñada por el Leverkusen, seguramente. Ni siquiera después de que Boniface viera portería en la primera ocasión clara del partido para los de Xabi Alonso. El nigeriano ponía la puntita para apuntarse el gol cuando Aleix Garcia y Tapsoba lo habían hecho ya todo. Pero el Bayer no era el Bayer de siempre.

El Stuttgart había acudido al Bay Arena ya sin nombres tan importantes como Guirassy, pero con un Hoeness en el banquillo que volvió a demostrar que tiene un buen proyecto y un buen manual entre manos. Le discutió la posesión a Xabi Alonso ya desde el inicio y no se amilanó con el 1-0. De hecho, dos minutos después Demirovic rondaba el empate antes de que Millot, tras un centro atrás de Mittelstadt, pusiera las tablas.

Sin Wirtz, Grimaldo, Kossounou o Tah (en el banquillo) por decir algunos de los titulares indiscutibles, al Leverkusen le costó mucho generar. Mientras, Demirovic seguía haciendo daño, sobre todo con un disparo al palo tras el forcejeo con Hincapié. El drama para el Leverkusen, si se le puede llamar así, llegó pasada la media hora de partido con la expulsión de Terrier. Demasiados minutos con uno menos y más viendo cómo el Stuttgart estrellaba dos balones a la madera justo antes del descanso.

Sin embargo, la cosa cambió en la segunda mitad. A los de Hoeness les costó mucho más llegar a la portería de Hradecky. De hecho, Adli, en un remate a la media vuelta, estuvo cerca de dar la sorpresa. Pero no pintaba bien la cosa para el Leverkusen de todas formas. Al menos hasta llegar al tramo final de partido. El Stuttgart movió el banquillo y entre Kratzig y Undav, en la primera pelota que tocaban, convirtieron el 1-2.

A tumba abierta

A Xabi Alonso no le quedaba otra que tirar de los titulares y partir el equipo. Y así lo hizo. Grimaldo, Schick, Frimpong y Wirtz a escena para tratar una remontada que parecía imposible. Parecía, porque el Leverkusen demostró tener más vidas que un gato y, sobre todo, un torrente de fútbol ofensivo brutal.

Se pusieron a combinar Wirtz y Grimaldo y el tramo final de partido fue un vendaval de los de la aspirina. Schick empató el encuentro tras una gran combinación entre el alemán y el español y Frimpong estuvo muy cerca de evitar los penaltis. Al final, todo se acabó decidiendo en una tanda donde Hradecky terminó siendo decisivo. El Leverkusen, supercampeón.