En Guayaquil

A salvo los 34 españoles que viajaban en un autobús tiroteado en Ecuador

El autocar en el que iban estos trabajadores recibió 17 impactos de bala

Varios trabajadores españoles tiroteados en Ecuador cuando volvían de reparar un buque

Varios trabajadores españoles tiroteados en Ecuador cuando volvían de reparar un buque / Video cedido por un videoaficionado

Cristina González | César Collarte | R. V.

Un autobús con 34 españoles a bordo ha sido tiroteado cuando circulaba por la ciudad de Guayaquil, en Ecuador. Por fortuna, ninguno de estos pasajeros ha resultado herido, según medios del país sudamericano.

El tiroteo tuvo lugar el pasado miércoles cuando los 34 españoles que viajaban en el autobús -33 gallegos y un vasco- regresaban del astillero donde trabajaban en la reparación de un atunero propiedad de la armadora Albacora. Según los citados medios, seis personas que viajaban en moto dispararon contra su autocar, cuya carrocería registró 17 impactos de bala.

Aunque ninguno de esos pasajeros resultó herido, todos están conmocionados por lo sucedido. Hasta el punto de que no quieren permanecer ni un minuto más en el país y han pedido a las empresas para las que trabajan, el regreso inmediato a España.

Un sobreviviente: "Fue como una auténtica película”

Alberto Álvarez “Tato” es uno de los españoles que vivió el suceso y que asegura que están vivos de milagro: “Me pasó de todo por mi cabeza. Nunca me hubiera imaginado esto. Fue como una auténtica película”.

El gallego afirma que llegaron al país sudamericano hace semana y media, en concreto a la localidad costera de Posorja, que pertenece a Guayaquil, en su caso como autónomo para una empresa viguesa para realizar trabajos de reparación en atuneros de Albacora. Para él era su primer trabajo en Ecuador, otros compañeros ya acuden todos los años. En el momento de la llegada señala que fueron advertidos de la peligrosidad del país, en donde muchas bandas viven de la extorsión a las empresas, lo que llaman “vacuna”, unas acceden a vacunarse y otras no. Les dijeron que no salieran del hotel y les pusieron seguridad privada con dos escoltas armados que les acompañaban en todos los desplazamientos hasta el astillero.

Todos los días iban y regresaban en autobús, con las dos personas de seguridad a bordo, haciendo rutas diferentes y con horarios distintos para evitar posibles ataques, pero el martes, quizás advertidos por algún local, en el trayecto de regreso al hotel, en Playas, a los 5 o 10 minutos y en unas carreteras totalmente a oscuras, el autobús fue adelantado por tres motoristas. Asegura que ellos empezaron a sentir unos impactos en el bus y ya uno de los agentes de seguridad empezó a gritar: “¡Todos al suelo del pasillo!” y también gritó al conductor que no parara, que le diera caña. Uno de los escoltas empezó a disparar.

“Durante 15 o 20 minutos el autobús fue a toda pastilla, estuvimos a punto de volcar en dos ocasiones y llegamos al pueblo del hotel con el motor echando humo porque una de las balas lo alcanzó”, recuerda Alberto Álvarez, que asegura que durante ese tiempo “me pasó de todo por mi cabeza. Nunca me hubiera imaginado esto. Fue como una auténtica película”.

Afortunadamente, todos están sanos y salvos y la empresa ya está gestionando los vuelos de regreso. Alberto Álvarez, conocido también por sus años de jugador en el Alondras con el nombre de “Bertato” a finales de lo 90, tiene ya el vuelo para este sábado desde Guayaquil a Madrid para aterrizar en Vigo a primera hora de la mañana del domingo.

Un día antes del suceso de este autobús, las bandas habían asesinado a dos policías delante de ellos. Es el día a día de estas bandas, presionadas por el Gobierno y la DEA americana contra el tráfico de drogas, que han encontrado en la extorsión a las empresas una manera de ganar dinero.