DÍA MUNDIAL CONTRA LA TRATA

La Policía libera a 32 mujeres explotadas sexualmente

Detenidas 26 personas de una banda criminal que operaba en España entre las que se encuentran sus dos líderes

Es la primera cooperación de un cuerpo policial europeo con el Centro Especializado para la lucha contra el Tráfico de Migrantes y Trata de Personas de la agencia Ameripol

La Policía libera a 32 mujeres explotadas sexualmente

Esteban Alarcón

Importante golpe a la trata de personas en España. Agentes de la Policía Nacional han liberado a 32 mujeres y han desarticulado una organización criminal dedicada a la explotación sexual en Madrid, Málaga y Toledo. Las víctimas tenían que estar disponibles las 24 horas del día y eran sometidas a estrictas normas y a una férrea vigilancia por parte de la banda.

En total, han sido detenidas 26 personas: 12 en Toledo, 9 en Madrid y 5 en Málaga. Entre ellos, los dos cabecillas de la organización, que ya han ingresado en prisión provisional. Se trata de la primera cooperación de una agencia policial europea con el Centro Especializado contra el Tráfico de migrantes y la Trata de Personas que la Comunidad de Policías de América (Ameripol) ha establecido en Rio de Janeiro.

Falsas ofertas de trabajo

La investigación se inició en junio de 2023 cuando una víctima alertó de la existencia de una red criminal, que estaría especializada en la captación de mujeres en situación de vulnerabilidad para posteriormente explotarlas sexualmente. La localización: cuatro casas localizadas en las provincias de Madrid, Málaga y Toledo donde habrían sido explotadas cerca de 600 víctimas. Una estimación que ha sido posible gracias a la intervención de numerosos contratos laborales, firmados por las víctimas.

El modus operandi era el habitual en estos casos: captaban mujeres vulnerables, en su mayoría de origen colombiano y venezolano. Todas atravesaban situaciones personales y económicas muy difíciles en su país de origen. Aprovechándose de esa vulnerabilidad, los explotadores atraían a las mujeres a través de empresas localizadas en sus países o a través de los contactos que establecían las llamadas "mamis" o encargadas de las casas.

Les prometían unas ganancias de 5.000 euros a la semana, buenas condiciones de trabajo y habitación propia para descansar, contrayendo una deuda de entre 3.000 y 4.000 euros con la organización. Además, tenían la obligación de ofrecer a sus clientes diversas sustancias estupefacientes (cocaína, tusi y cristal) así como medicamentos para la disfunción eréctil.

Durante la operación policial se ha llevado a cabo el registro de once domicilios y el cierre de las cuatro casas-club donde se ha intervenido 40.000 euros en efectivo, un arma de fuego real con munición, diversas drogas, 500 pastillas de tratamiento para la disfunción erectil, tres vehículos, dispositivos electrónicos y numerosa documentación relevante para la investigación.

Intervención policial contra la trata de personas en España.

Intervención policial contra la trata de personas en España. / POLICÍA NACIONAL

Abusos y condiciones insalubres

Según han podido descubrir los agentes en el desarrollo de la investigación, las mujeres tenían prohibido engordar siendo expulsadas de la casa en caso de no cumplir con los cánones de belleza exigidos por sus captores. Así lo estipulaban numeros carteles dispuestos en las zonas comunes donde residían, donde se podían leer estrictas normas que, en caso de incumplimiento, les suponía sanciones económicas de entre 30 y 40 euros.

En el momento en el que las víctimas entraban a trabajar en las casas, tenían que firmar un contrato donde debían ceder sus derechos de imagen. Acto seguido, sus fotos aparecían publicadas en varios portales web con contenido para adultos.

Las condiciones en las que vivían las víctimas eran de total insalubridad. Hacinadas en una misma habitación (generalmente en los sótanos de las casas), con las camas separadas por cortinas y con poca ventilación. Por contra, la parte de la casa destinada al ejercicio de la prostitución contaba con todo lujo de detalles. Las mujeres eran vigiladas a todas horas gracias a múltiples cámaras distribuidas por todas las habitaciones, incluso donde atendían a los clientes.