Tráfico de drogas

Un muerto sin nombre: el narco tiñe otra vez de negro las aguas de Barbate a los cuatro meses de la tragedia en la Guardia Civil

La autopsia arrojará luz sobre la identidad de la última víctima mortal en una operación contra el tráfico de drogas, un joven de origen magrebí que pilotaba una pequeña lancha propiedad de un vecino del municipio gaditano que, en el momento del suceso, transportaba 113 kilos de hachís

Lancha precintada por la Guardia Civil este domingo en Barbate, Cádiz, después de que un narcotraficante falleciera este sábado durante una persecución entre el Servicio de Vigilancia Aduanera y la narcolancha frente a la costa de Caños de Meca.

Lancha precintada por la Guardia Civil este domingo en Barbate, Cádiz, después de que un narcotraficante falleciera este sábado durante una persecución entre el Servicio de Vigilancia Aduanera y la narcolancha frente a la costa de Caños de Meca. / EFE

Patricia Godino

Otro muerto por el narcotráfico en el Estrecho. Ahora, del otro lado. El fallecido, por parada cardiorrespiratoria según el parte médico, era el piloto de una lanchita Yamaha de 40 caballos que un costado tenía serigrafiado el nombre de El AbueloTenía entre 25 y 30 años, rasgos magrebíes y ni un papel encima. Aprovechando la luz de la luna, su plan era, junto a un vecino de Barbate con un larguísimo historial delictivo como narcotraficante, alijar en una de las playas del litoral los cuatro sacos de hachís, con 113 kilos de droga en total, que llevaba a bordo.

Eso era, supuestamente, lo que pretendía hacer hasta que una lancha del Servicio de Vigilancia Aduanera de Cádiz vio la embarcación fondeando en aguas de Los Caños de Meca, le dio el alto y comenzó entonces -este sábado, poco antes de las diez de la noche-, un nuevo episodio de la lucha que se libra en aguas del Estrecho entre los narcotraficantes y los agentes del Estado. Hace cuatro meses, dos agentes fallecieron arrollados mortalmente por una narcolancha en un episodio que hace apenas un mes dio un vuelco en la investigación de su autoría sin que, a día de hoy, se conozcan avances al respecto los autores de la tragedia.

En este caso, la reconstrucción del relato ha fluctuado desde que el suceso trascendió este domingo por la mañana. Fuentes de la investigación señalan a este medio que fue la embarcación de los narcos la que puso su proa contra la patrullera de los agentes de Aduanas. En un primer momento, los agentes se vieron obligados a maniobrar para evitar la colisión mientras la narcolancha continuaba cruzándose con la de los agentes desafiando la autoridad. En uno de estos forcejeos entre ambas embarcaciones se produjo el choque.

El fallecido, de origen magrebí y de apenas 30 años, murió por parada cardiorrespiratoria camino del puerto de Barbate en la lancha de los agentes de Aduanas

Según el relato policial, el piloto se quedó en la lancha mientras que el otro, de nacionalidad española y que responde a las iniciales de A.R.V., se tiró al agua. Estando allí, pidió auxilio y los agentes lo rescataron.

Con los dos narcotraficantes a bordo de la lancha de Aduanas, uno de ellos "empezó a encontrarse mal", relatan las fuentes consultadas por El Correo de Andalucía, del grupo Prensa Ibérica. Llegó cadáver al puerto de Barbate, donde los servicios de emergencia trataron, sin éxito, de reanimarlo. El otro, A.R.V., el que se había lanzado al agua, tan sólo presentaba heridas en un brazo. Tras ser examinado en el hospital, a lo largo de la mañana del domingo fue trasladado a la dependencia de la Guardia Civil de Algeciras, donde permanece detenido por delito contra la salud pública

La Guardia Civil de Cadiz instruirá las diligencias por el accidente con víctima mortal mientras que será Aduanas la encargada de investigar este nuevo episodio por tráfico de drogas en aguas del Estrecho.

Hasta 50 mil euros la noche como piloto de una lancha

Poco más se sabe la última víctima del narcotráfico que tiñe de negro, otra vez, al municipio gaditano de Barbate cuando se cumplen cuatro meses de la noche en que una narcolancha arrolló mortalmente a dos agentes de la Guardia Civil.

No se conoce el nombre de la víctima y, de momento, nadie lo reclama. Tendrá que ser la autopsia que se practicará a lo largo de las próximas horas en el Instituto de Medicina Legal la que arroje luz sobre la identidad de este hombre para esclarecer si estaba ya fichado por la policía o si era el clásico piloto del norte de Marruecos, hábil en el pilotaje de lanchas en aguas del Estrecho, conocedor de sus mareas y los vientos, de los que se valen los narcotraficantes locales para traer hasta la costa gaditana la droga.

Como todos los negocios, en el narco, cada uno tiene su rol, su función y su sueldo. "Un buen piloto puede ganar entre 30 y 50 mil euros por viaje, dependiendo del riesgo que corra y la cantidad de droga que traiga. La cosa sube por pluses, hay que ser muy duro para eso", explicó a este medio Francisco Mena, presidente de la plataforma Alternativas contra la droga del Campo de Gibraltar.

"Hasta el momento no ha podido ser identificado. Se le practicará toma de muestras bucales para ADN y necroreseña", explican fuentes cercanas a la investigación. Será también el otro pasajero de la lancha, vecino de Barbate, el que pueda ayudar a los agentes a identificar a nuevo muerto del narco. A.R.V., esas son sus siglas, es un viejo conocido para los agentes de la zona.

La lancha es de trabajador de Barbate

"Supuestamente la embarcación es de un trabajador de Barbate", dice a Efe un pescador de la zona, que matiza que la misma no pertenece a la almadraba barbateña. En las últimas semanas esta lancha se encontraba en el pantalán del puerto.

El mismo que hace cuatro meses fue testigo de cómo una narcolancha pasaba por encima de la embarcación en la que varios agentes de la Guardia Civil trataban, sin éxito, de amedrentar a los narcotraficantes que aquella noche, y desde varios días antes, tenían sus gomas (como se conoce en el argot a estas narcolanchas) fondeando en el puerto de Barbate a la espera de que calmara la mala mar y pudieran de nuevo bajarse al moro a por más mercancía.

"La lanchita Mi abuelo ha estado en el pantalán muy cerca de la mía. La trajeron hace un par de meses y ha estado ahí todo este tiempo hasta que ha pasado esto", explica a Efe otro pescador en el puerto de Barbate.

Desde la tragedia del pasado febrero, Barbate se ha acostumbrado a ver con "muchos guardias civiles", señalaba un hombre en uno de los bares cercanos a Efe. Una señora, según recoge la agencia, lamenta el estigma que arrastra el pueblo: "Desde que pasó esa desgracia, se nota mucho. Los narcotraficantes tienen varios puntos seleccionados en la zona y sabían que ese día no había nadie controlando. Hay gente joven que busca el camino fácil de la droga, pero en Barbate hay mucha gente honrada que trabaja muchas horas al día".

A última hora del domingo, la Guardia Civil de Cádiz informó que en otra operación contra el narco, en esta ocasión contra la distribución ilegal de combustible para abastecer a las narcolanchas, identificaron a dos individuos, vecinos de La Línea, con 35 garrafas de gasolina en una gasolinera low cost de Jerez de la Frontera. En este caso, no hay detenidos, explican fuentes de la Benemérita, porque "se trata de infracción".

El narco se ha incardinado de distintas formas por varios municipios de la provincia de Cádiz pero no solo. Hoy se extiende por Huelva y Sevilla y surte desde aquí a toda Europa.

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