Desaparición

Jay Slater: 20 días desaparecido, un Rolex robado y una cita con un condenado por narcotráfico

El británico, de 19 años, fue condenado en 2021 por dar una paliza a un menor

Aprendiz de albañil, se le pierde la pista tras acudir a una rave en Tenerife

Jay Slater: 20 días desaparecido, un Rolex robado y una cita con un condenado por narcotráfico.

Jay Slater: 20 días desaparecido, un Rolex robado y una cita con un condenado por narcotráfico. / REDACCIÓN

Carlota Barcala

Jay Slater, aprendiz de albañil británico de 19 años, llegó a Tenerife el 13 de junio para disfrutar de unos días de vacaciones con dos amigos y asistir a un festival de música. El lunes, día 17, su móvil deja de emitir señal y a él se le pierde el rastro en las inmediaciones del Parque Rural de Teno. Eran las 8 de la mañana cuando habló por última vez con Lucy Law, una de las amigas con las que fue a la rave.

De la fiesta, Jay se marchó a un Airbnb alquilado por dos desconocidos. "Me queda solo un 1% de batería", le dijo a su amiga el lunes por teléfono, en la que fue su última llamada. Intentaba volver andando a su alojamiento, en Los Cristianos. Unas diez horas de caminata le esperaban por delante. Y ahí, en el paraje de barrancos de Masca, su pista se evapora. 

Entonces comienza una investigación rodeada de incógnitas: quién es Jay Slater, con quién se fue de la fiesta, qué hizo las horas en las que no estuvo con sus amigos... ¿Dónde está Jay Slater? Pocas respuestas hay por ahora, en el vigésimo día sin rastro del británico. Y las contestaciones que se obtienen arrojan más misterio a la desaparición: una condena cuando era adolescente, un Rolex robado y un condenado por narcotráfico. La búsqueda del joven se paralizó la semana pasada, aunque no la investigación.

Jay, natural de Oswaldtwistle, en Lancashire, fue con sus amigos, Lucy y Brad, a la ‘New Rave Generation’, una fiesta de música electrónica convertida en un mar de alcohol y -dicen- drogas que duró desde el 14 de junio hasta el 16. Cuando los altavoces dejaron de emitir ruido, él se marchó con dos personas que había conocido, al parecer, en el festival.

Según publica Daily Mail, Jay acudió a Papagayo Beach Club, una de las últimas sedes de la ‘New Rave’. Allí, citando siempre al medio británico, se produjo una pelea en la que Jay estuvo implicado y en la que habría robado un Rolex valorado en 14.000 euros. Así lo ha comunicado el detective Mark Williams-Thomas, que colabora con la familia del desaparecido y que trabajó en el caso de Madeleine McCann, al Daily Mail.

"Huyó asustado tras admitir haber robado un Rolex de 14.000 euros", afirmó el investigador privado. Jay les habría contado este incidente a sus amigos antes de desaparecer. 

El dueño de ese supuesto Rolex sustraído, ha desvelado The Sun, es un ciudadano de Europa del Este que estaba en el Papagayo Beach Club y que denunció el hurto de la joya. Después de la presunta trifulca y del robo, el británico se fue al pueblo de Masca con los dos hombres desconocidos. Estos han declarado ante los investigadores y no estarían implicados en el caso, ya que han regresado a Reino Unido, donde residen. 

"No tenía adónde ir"

Pero las identidades han añadido más desconcierto a la causa. The Sun ha publicado que una de estas personas es Ayub Qassim, británico de 31 años que estuvo en la cárcel por "ser el cerebro detrás de una operación de narcotráfico en Gales", en palabras de Daily Mail. Este hombre, que ha querido dar su testimonio, afirma que no hizo nada. 

«Estoy haciendo un favor y ahora mi cara está por todas las noticias. Es un poco loco», aseguró al Daily Mail. También explicó que de su Airbnb Jay salió con vida. "Le dejé quedarse en mi casa porque no tenía otro lugar adónde ir, sus amigos lo habían abandonado", reveló, en este caso, a MailOnline. 

En la entrevista insistió en que no tuvo ninguna discusión con él y, que, incluso le dio una manta para dormir. "Si me hubiera peleado con él, ¿vendría siquiera a mi casa? No hubo problemas. Has visto las últimas imágenes de él con su manta roja alrededor", afirmó.

La madre está devastada por la desaparición de Jay Slater

La madre está devastada por la desaparición de Jay Slater / REDACCIÓN

Hay una testigo que vio al joven fuera del alojamiento, a la que preguntó cuándo salía la siguiente guagua de Masca, sobre las 7.30 horas de ese lunes, 17 de junio. Una hora más tarde, le dijo a su amiga Lucy que estaba perdido, necesitaba agua y tenía poca batería. Su móvil se apaga y su última ubicación es el Parque Rural de Teno. 

Allí comenzó una incesante búsqueda que culminó el domingo pasado, tras no haber obtenido ningún indicio sobre su paradero. En el operativo han participado agentes de la Guardia Civil, Policía Nacional, helicópteros y drones, e incluso perros especializados en la búsqueda de personas en grandes superficies de terreno, pertenecientes al Servicio Cinológico de la Guardia Civil desplazados desde Madrid. No hay rastro de Jay Slater. Aunque las batidas han cesado, la investigación sigue. 

Su familia se desplazó a Tenerife desde que recibió la noticia de la desaparición. Su madre Debbie Duncan, en una declaración emotiva, dijo: "Jay es un chico normal que está en su tercer año de aprendizaje de albañilería, y es un joven muy popular con un gran círculo de amigos. Somos una familia muy unida y estamos absolutamente devastados por su desaparición. Las palabras no pueden describir el dolor y la agonía que estamos experimentando. Es nuestro hermoso niño con toda su vida por delante y solo queremos encontrarlo". También denunció que estaban recibiendo falsas pistas e incluso peticiones de dinero en supuestos secuestros. 

Debbie pidió también "privacidad". En estos 20 días de falta de noticias, el pasado oscuro de Jay ha salido a la luz. Los diarios británicos publican que en agosto de 2021 ocho jóvenes emplearon machetes, un hacha y un palo de golf para dar una paliza a un menor. Entre los atacantes estaba Jay, que entonces tenía 16 años. Por este hecho le constan antecedentes.

Tres años han pasado desde entonces. Y ahora, veinte días sin rastro del joven británico, en una desaparición que tiene más enigmas y teorías conspiranoicas que certezas.