Investigación

Torturan a dos jóvenes ucranianos tras organizarles una fiesta privada trampa en Valencia para robarles criptomonedas

La Guardia Civil ha detenido a dos de los extorsionadores y ha puesto en busca y captura a otros once que huyeron al día siguiente a distintos países europeos

A uno de los jóvenes llegaron a arrancarle una uña y lo enviaron a la UCI para que revelase las credenciales para acceder a su dinero virtual

Parte de los restos de las torturas y el secuestro hallados en el chalé de Cullera.

Parte de los restos de las torturas y el secuestro hallados en el chalé de Cullera. / Guardia Civil

Teresa Domínguez

Como si de una película de acción protagonizada por bandas del Este se tratara. Las víctimas, jóvenes ucranianos ricos, huidos de la guerra e instalados en València. Los autores, delincuentes de ese mismo país. Y el escenario, una villa exclusiva en las afueras de Cullera (Valencia). Los primeros cayeron en la telaraña al aceptar asistir a una fiesta privada con todo tipo de promesas que iba a durar un fin de semana completo, el del 19 y 20 de agosto del año pasado. En realidad, era una trampa para retenerlos y torturarlos hasta que revelasen las credenciales que les permitieran acceder a sus criptomonedas con el fin de apropiárselas y transferirlas a sus propias cuentas. Lograron más de 107.000 dólares a lo largo de dos días. Una de las víctimas, a la que arrancaron una uña de cuajo, acabó en la UCI. Ahora, el Equipo de Policía Judicial de la Guardia Civil de Cullera ha detenido a dos de los autores y ha puesto en busca y captura a otros once, huidos al día siguiente a distintos países europeos.

Según ha informado este miércoles la Comandancia de València, todo empezó con una denuncia en la madrugada del 22 de agosto de 2023. Un joven ucraniano residente en València, que compartía piso con un compatriota suyo desde que habían llegado a España huyendo de la guerra nacida con la invasión rusa de su país, acudió a la Guardia Civil y denunció la desaparición de su amigo. Explicó que ambos habían recibido una invitación para pasar el fin de semana completo del 19 y 20 de agosto en un chalé de Cullera, en una fiesta privada con alcohol y chicas, y que llevaba desde el sábado sin saber absolutamente nada de su compatriota.

Inversores de éxito en criptomonedas

La fiesta, que solo era un señuelo para hacerles entrar en la boca del lobo, había sido organizada por otro ucraniano, quien había alquilado una villa de lujo en Cullera como escenario perfecto para sus intenciones, planificadas a saber que los dos jóvenes tenían un alto poder adquisitivo y un buen montante en criptomonedas, ya que se dedicaban a la especulación con monedas virtuales y habían ganado mucho dinero.

Uno de los jóvenes decidió no ir, pero el otro sí. Y lo hizo acompañado de un amigo ruso que estaba de paso en València. Lo que creyeron un excitante fin de semana se convirtió en un infierno. Concluida la fiesta, y cuando los jóvenes ya estaban en sendas habitaciones, irrumpieron en la casa cuatro encapuchados que, violentamente, los redujeron y ataron de pies y manos con bridas, les amordazaron con cinta americana y les cubrieron la cabeza con fundas de cojín para evitar que viesen a su alrededor.

Y empezaron las torturas. Primero, golpes, y luego fueron subiendo de intensidad hasta que, a uno de ellos, le arrancaron la uña de un dedo de una mano con unos alicates para terminar de 'convencerle' de que les facilitara las credenciales para poder acceder a su monedero virtual y traspasar las criptomonedas a otras cuentas.

También secuestraron a un ucraniano de visita

Mientras, otro grupo de otros cuatro hombres encapuchados fueron al piso en el que vivían las víctimas en València y entraron violentamente, buscando al otro joven ucraniano que había declinado ir a la fiesta. Pero no estaba en casa en ese momento. Quien sí estaba era un cuarto joven, amigo del anterior, que estaba de visita en València, así que también se lo llevaron a la fuerza, así como un dispositivo que les facilitaba el acceso a las cuentas virtuales y sin el cual, por mucho que supieran las credenciales, poco podían hacer.

La segunda víctima potencial fue quien destapó lo que estaba pasando. Al regresar a casa y ver que el amigo que estaba de visita no se encontraba en la vivienda, esperó un tiempo prudencial, por si había decidido irse a algún sitio. Pero, llegado el lunes por la noche y al seguir sin contestarle al teléfono o dar señales de vida, ni él, ni su compañero de piso, empezó a pensar que quizás todo estuviese relacionado y se fue a denunciar a la Guardia Civil de Cullera, ya que de lo poco que sabía era que la supuesta fiesta a la que él decidió no ir iba a celebrarse en ese municipio de la Ribera Baixa.

La falsa víctima que se ata con bridas

Gracias a sus explicaciones y la tenacidad y conocimiento del terreno de las patrullas del instituto armado, pudieron localizar finalmente el chalé a primera hora de la mañana del martes, 22 de agosto de 2023. El caso pasó a manos del Equipo de Policía Judicial de la Guardia Civil de Cullera. Como era de esperar, los secuestradores habían huido, pero en la casa permanecía un compinche de la banda que tenía por misión limpiar hasta la última huella de lo sucedido. Cuando ese hombre vio llegar a la Guardia Civil, reaccionó atándose a sí mismo con bridas y simulando que él también era una víctima. No coló.

Durante esa misma mañana, fueron localizados en las afueras de Cullera, malheridos, los dos primeros jóvenes, esto es, el ucraniano que vive en València y su amigo ruso, y muy poco después, encontraron en Sollana al tercero, el amigo del denunciante que había sido trasladado a la fuerza desde el piso de València al chalé de Cullera, y que había sido abandonado por los torturadores en mitad de la carretera.

Los agentes solicitaron ayuda médica y, tras ser atendidos por equipos médicos enviados por el Centro de Información y Coordinación de Urgencias (CICU), estos los trasladaron a un hospital. El joven residente en València es quien salió peor parado, ya que no solo le habían arrancado una uña, sino que los puñetazos, patadas y golpes con objetos que le habían propinado le causaron lesiones que precisaron de su ingreso en la UCI durante varios días.

Captados por las cámaras

Mientras, especialistas en Criminalística realizaban una profunda inspección ocular en el chalé de Cullera que permitió identificar, entre otras cosas, el hipermercado del bricolaje donde habían comprado el material para someter y torturar a las víctimas, esto es, los guantes, las bridas, las fundas de los cojines, la cinta americana y un sargento de apriete con el que le habían inmovilizado la mano para arrancarle la uña a la víctima principal. Fueron las primeras imágenes, captadas por las cámaras de seguridad del establecimiento, pero aún quedaba mucha investigación por delante.

El trabajo policial permitió identificar a ocho hombres y tres mujeres -ellas fueron contratadas para hacer de gancho con las víctimas-, todos ellos de nacionalidad ucraniana. Todos habían viajado expresamente desde diferentes países europeos a España para perpetrar este asalto violento y huyeron juntos al día siguiente de los hechos.

Según ha explicado la Guardia Civil en un comunicado, "el éxito en la labor de identificación fue fruto de la colaboración e intercambio de información a través de Europol, así como con las autoridades ucranianas, pudiendo constatar que alguno de ellos ya contaba con antecedentes en su país de origen".

El rastro del dinero virtual, fundamental

La Comandancia de València también ha destacado la "relevante colaboración del grupo de Ciberinteligencia Criminal de la Unidad Técnica de Policía Judicial de la Guardia Civil, con sede en Madrid, de cuya pericial se obtuvo información de vital importancia para conocer el destino de parte de las criptomonedas".

Los investigadores de Policía Judicial de Cullera detuvieron enseguida al organizador de la fiesta y a la falsa víctima, ambos ucranianos y de 43 y 44 años, respectivamente. Además, a la vista del resultado de la investigación, el juzgado de Instrucción número 3 de Sueca, que ha supervisado la investigación, ha emitido las pertinentes órdenes internacionales de búsqueda y detención contra el resto de implicados en los hechos, los ocho hombres y las tres mujeres. Todos ellos están acusados de los de dos delitos de detención ilegal, uno de robo con violencia y otro más de pertenencia a grupo criminal.