Tragedia

Así son las balsas salvavidas del 'Argos Georgia' en las que aguantaron a la deriva 21 horas los supervivientes

Las embarcaciones están equipadas con agua y raciones de comida, botiquín y mantas

La temperatura del mar en Malvinas es de 9º y hay olas de hasta ocho metros

Curso de Salvamento para marineros en prácticas con balsas salvavidas en una imagen de archivo.

Curso de Salvamento para marineros en prácticas con balsas salvavidas en una imagen de archivo. / Noé Parga

Víctor P. Currás

A casi la misma distancia de la Antártida que del continente americano y con una temperatura de apenas 6º grados de temperatura ambiente y 9º en el mar, las esperanzas en el naufragio del 'Argos Georgia' resistieron en las tres balsas salvavidas en las que se embarcaron a las 21:23 horas españolas del lunes. El pesquero de 54 metros de eslora y 13 de manga sufrió una vía de agua a las 19:11 (hora española, cinco horas menos en Malvinas), saltando al mar los 27 tripulantes 132 minutos después en tres balsas.

En ellas fueron localizados, en este orden y hasta ahora, el primer fallecido y un indonesio con vida por el 'Robin M. Lee', otros dos por el 'Puerto Toro' y los 13 supervivientes por la patrullera 'Lilibet'. Estos últimos, 21 horas después de saltar del barco.

Estas barcas hinchables cuentan con una capacidad de entre 12 y 16 personas en cada una, lo que garantizaría que todos los demás tripulantes del pesquero especializado en palangre y perteneciente a la armadora Argos Froyanes pudieran encontrarse en su interior.

El lanzamiento de las barcas

Existen dos mecanismos para el lanzamiento de estas balsas: por orden del capitán ante una situación de emergencia o por naufragio.

En el primero de los casos todos los tripulantes se reúnen en el punto de encuentro y abandonan de forma coordinada el buque. En el segundo, las balizas activan y se lanzan a una distancia de entre 2 y 4 metros.

El barco debe contar a cada lado -estribor y babor- con capacidad suficiente para toda la tripulación, superándola incluso de forma habitual. Esto permite que incluso en caso de escorarse hasta los 30º puedan arriarse.

A ello se suman los trajes de aguas y chalecos salvavidas, ubicados normalmente en el puente de mando o en los espacios más cercanos a los botes salvavidas. En el naufragio del 'Vila de Pintanxo' la falta de formación en este aspecto condicionó la evacuación de los marineros, muriendo ocho de ellos por hipotermia.

En ese sentido, Argos Froyanes destaca que sus tripulantes "son verdaderos profesionales y cuentan con formación periódica para tal situación. Confiamos en su capacidad para utilizar los equipos de seguridad de la mejora manera", resumió. La legislación obliga a disponer del certificado del curso de supervivencia y realizar ejercicios mensuales en simulacros dentro del buque.

Equipamiento en su interior

Estas embarcaciones salvavidas pueden ser redondas o cuadradas, aunque normalmente se utilizan las primeras ya que son más sencillas de utilizar.

En su interior cuentan con agua, raciones de víveres, mantas y un botiquín en el que figuran desde primeros auxilios a pastillas de biodramina para evitar mareos.

También constan de un "ancla de capa" que permite ejercer de contrapeso en el mar, evitando que el viento o el oleaje vuelquen la misma.

Fuentes especializadas en operaciones de Salvamento señalan que antes permitían aguantar "lo que duren el agua y los alimentos". Sin embargo, la aparición de los sistemas de telecomunicaciones hace que ésta se limite "a aguantar a que lleguen los medios de rescate".

Las condiciones del mar

El principal obstáculo para el operativo en el que participan barcos de bandera gallega como el 'Robin M. Lee' es el invierno imperante en el Atlántico sudoeste. "Hay 35 nudos de viento y olas de hasta 8 metros y empeorando", señalan a Faro de Vigo capitanes de la flota gallega en Malvinas.

En uno comunicado del gobierno malvino se tilda las condiciones climáticas de "extremedamente desafiantes". Esto, unido al hecho de que la zona de búsqueda se encuentra muy alejada de costa, "limita el tiempo en la escena" por parte de los medios aéreos desplegados. Tanto es así que al menos uno de los helicópteros ha tenido que abortar el rastreo para regresar a Stanley a repostar.

Precisamente el pasado mes de octubre un marinero estadounidense fue rescatado tras dos semanas a la deriva en una de estas balsas.