Naufragio

La armadora del “Argos” pide investigar el naufragio y defiende que era “muy seguro”

El CEO de Ervik Havfiske desconoce la causa del hundimiento e insiste en que tenían “rutinas y requisitos de seguridad muy estrictos”

El "Argos Georgia" entre las olas

El "Argos Georgia" entre las olas / Argos Froyanes

Adrián Amoedo

El naufragio del Argos Georgia el pasado 22 de julio en aguas de Malvinas (Falklands) se produjo por una entrada de agua imposible de frenar que, según adelantó FARO y confirmaron recientemente los tres supervivientes indonesios, se produjo por una compuerta lateral de la embarcación.

Se desconoce, como apuntaron esos marineros a las autoridades de Indonesia, si se debió a un “daño o negligencia”. La armadora noruega, Ervik Havfiske, asegura desconocer qué sucedió, pero reclama que “se investigue en el futuro” qué pudo causar el fatal hundimiento al tiempo que defiende que el moderno buque era “muy seguro”.

La tragedia que tuvo lugar a unas 180 millas al este del archipiélago británico se cobró la vida de nueve de los 27 tripulantes (entre ellos, el baionés Santiago Leyenda, el vigués César Acevedo y el noiés Antonio Barreiro), mientras que cuatro permanecen desaparecidos y 14 pudieron ser rescatados de las balsas salvavidas (13 en una y otro, que se ató al bote, en la otra). “Lo que ha pasado es absolutamente terrible. Notamos en todo el grupo que hay un ambiente triste”, resume el CEO de la pesquera, Robert Ervik, en una entrevista para un medio de su país, el Fiskeribladet.

“No se podía hacer nada [tras conocer la evacuación]. Fueron quince largas horas”

Robert Ervik

— Ceo de Ervik Havfiske

El Argos Georgia es propiedad de la armadora Argos Froyanes, formada a su vez por Argos y la empresa noruega. Aunque el director general no suele desplazarse hasta las Malvinas, sí lo hacen Kjell Magne Ervik y Stig Ervik, los propietarios. Este último, padre de Robert, fue precisamente el encargado de avisar de lo sucedido aquella noche de tormenta a su hijo. “Me quedé sin palabras cuando escuché que el barco estaba haciendo aguas. Era una noche, por así decirlo, extraña”, recuerda el CEO de la pesquera.

Durante aquellas largas horas en las que los marineros luchaban por su vida en medio del temporal y a bordo de las balsas salvavidas, a miles de kilómetros de distancia la angustia consumía a Robert Ervik. “No dejaba de pensar en lo que había pasado y me preguntaba cómo estaría la tripulación. Nos enteramos de que la tripulación había abandonado el barco y se había subido a las balsas salvavidas”, explica sobre aquel momento en el que sabía que faltaban muchas horas para que el barco más cercano llegase al lugar de los hechos. “En teoría, no se podía hacer nada. Se enviaron aviones de observación. Fueron quince largas horas”, insiste.

Estos barcos están construidos para pescar en este mar

Como recogió este medio, la evacuación del buque fue caótica y, según informaron más tarde los tres marineros indonesios rescatados (Ali Mustain, Akmad Ripai y Triono), incluso algunos no pudieron abandonarlo en las balsas, como es el caso de sus compatriotas Nurcholis y Kapidin. En su declaración a las autoridades del país asiático, también hablaron de esa compuerta que, por fallo técnico o negligencia, estaba abierta y propició la entrada de agua.

El director general de Ervik Havfiske defiende que el moderno palangrero de 54 metros de eslora, construido por el astillero turco Tersan, era “muy seguro”. “Estos barcos están construidos para pescar en este mar. Tenemos rutinas y requisitos de seguridad muy estrictos en todos nuestros barcos, porque los recursos más importantes que tenemos en Ervik Havfiske son las personas, no los cascos”, añade.

El servicio británico de investigación de accidentes marítimos (Marine Accident Investigation Branch) ya ha abierto una investigación para esclarecer los hechos en colaboración con la española Comisión de Investigación de Accidentes e Incidentes Marítimos (Ciaim). Lo primero que hacen es precisamente tomar declaraciones a los tripulantes, cuyos testimonios sobre aquellos instantes previos a la evacuación serán clave, sobre todo porque será muy difícil acceder al buque, tanto por la profundidad a la que se encuentra como, especialmente, por el lugar del naufragio, en un entorno muy complicado.

Es el accidente más grave sufrido por un buque del grupo Argos

De igual forma, el CEO reconoce que el del Argos Georgia es el accidente más grave que ha tenido la armadora. El otro fue el incendio a bordo del Vestfisk, en 2020, que se saldó sin heridos, pero que requirió de un remolque del buque tras quedar a la deriva en aguas rusas y estar más de dos días sin electricidad en medio del frío.

Homenaje en el lugar del naufragio

Una vez suspendida la búsqueda de los desaparecidos por parte de las autoridades de Malvinas, los homenajes por los marineros fallecidos se siguen sucediendo. El último fue el realizado por los compañeros de otro de los barcos de la compañía, el también palangrero Argos Helena.

Según informó la propia armadora, el capitán del navío y el resto de la tripulación lanzaron flores al agua en el lugar en el que el océano se tragó el Argos Georgia. “El capitán Leif Petter Hoddevik puso flores en el mar en memoria de los que perecieron y los que aún se extrañan”, apunta el escueto comunicado, acompañado de imágenes de la tripulación con textos en inglés, noruego, indonesio, español y ruso, por las nacionalidades de los muertos en el accidente o los todavía desaparecidos.

El capitán del "Argos Helena", con el ramo

El capitán del "Argos Helena", con el ramo / Ervik

“Un último honor para los que se perdieron en el Argos Georgia”, reza el encabezado de las imágenes de una publicación repleta de comentarios con corazones por los fallecidos.

La semana pasa, otro barco de la empresa, el Vestliner, quiso enviar también un mensaje a modo de señal de respeto hacia sus compañeros. Para ello, realizó una travesía formando un corazón en el mar visible a través de la derrota satelital del buque. En este caso, lo hizo frente a las costas de Lofoten, en el norte de Noruega.

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