Flor Amundson Teves & Coti Amundson Teves: valor doble

“Por seguir persiguiendo nuestros sueños juntas. Feliz cumpleaños. Te quiero”. Coti y Flor compartían este ‘post’ en Instagram el pasado 12 de febrero. Hermanas, mellizas y jugadoras de la selección española de hockey, se felicitaban por ese año más compartido y, con él, todas las alegrías y tristezas vividas como deportistas de élite.

Con Coti en el campo y Flor en la grada por culpa de una lesión, las dos celebraron la clasificación para los Juegos Olímpicos como una sola. Comprender el vínculo tan especial que tienen es complejo pero, a la vez, precioso. La complicidad en la vida diaria la trasladan al terreno de juego. Posiciones diferentes (Coti es defensa y Flor, delantera) no las alejan del objetivo y el que tenían muy claro “era llegar a París. ¿Medalla? La vemos viable, claro que sí. Lo tenemos todo para hacer algo más que participar”. 

Ambiciosas a la par que realistas, son conscientes de la dificultad “pero también de la calidad. Tenemos equipo para competir contra las mejores. Lo más importante es llegar a cuartos y, después, paso a paso. Partido a partido”. Ese ‘mantra’ quizá les viene de su genética ‘colchonera’. Las dos son del Atleti porque “el ‘Mono’ Burgos es familia y mi padrino es Juan Esnaider -explica Coti-. Mi abuela es una fanática del equipo y a ellos los queremos muchísimo”.

Sport Style 24/02

Sport Style 24/02

El camino de estas hermanas no ha sido fácil pero hoy, jugadoras del Real Club de Polo de Barcelona, viven juntas en la ciudad condal y recuerdan “lo que nos ha costado llegar a vivir de este deporte. Somos unas privilegiadas, lo sabemos”. Ello no impide que Flor se haya licenciado en Márketing y Relaciones Públicas y Coti siga con sus estudios de Psicología a la par que se dejan la piel por el hockey. “Nueve meses y medio llevo parada y he pasado por todas las fases del duelo de esta lesión -reconoce Flor-. Una montaña rusa para la que te debes armar de paciencia”.

Juntas hacen frente a las adversidades y juntas, de un modo u otro, estarán en París defendiendo los colores de la selección. Juntas se dedicarán ese saludo tan suyo tras chocar las manos con todo el equipo. “Lo hacemos desde que somos niñas. Es nuestra pequeña superstición”, me cuentan. Da gusto escucharlas y vivirlas. Son educadas, positivas y sororas. Mujeres que representan a otras con un stick en la mano y la otra en el corazón.