Anna Lewandowska, motivadora nata

Empresaria, nutricionista y deportista de élite que representó a su país como integrante del equipo nacional de kárate, entrena en la calle a hombres y mujeres que se suman entusiasmados a sus intensas sesiones

Su apellido es más que un ‘gancho’. Su personalidad y su preparación, la auténtica razón por la que unirse a este ‘team’ callejero

Anna Lewandowska, protagonista del Sport&Style

Anna Lewandowska, protagonista del Sport&Style / DANI BARBEITO

Carme Barceló

Carme Barceló

Llegan en metro, en bus y en coche. Con la bolsa de deporte a cuestas, se reúnen bajo la escultura de Miró, ‘Dona i l’ocell’, justo al lado de la Plaça d’Espanya. La líder del encuentro se llama Anna Lewandowska y es una deportista de élite que hace algo más de un año que vive en Gavà.

Puntual, coloca el aparato de música en el suelo, lo gestiona desde su teléfono móvil y, a las 9am en punto, inicia la sesión de bachata. Una hora más tarde, “llega la ‘caña’ de verdad. Porque pocas veces he entrenado con alguien a esta intensidad”, me confiesa un participante. Lewandowska lidera sesenta minutos de bootcamp que agotan a quien mira (servidora, en este caso).

Se la ve feliz, seria y concentrada. Ayuda, asesora y motiva. Sobre todo, ésto último. “El deporte me inspira y yo lo transmito a las personas que se apuntan a mis clases. Sé todo lo bueno que ha hecho y hace por mí y por ello lo comparto”, explica Anna Lewandowska. Pocos kilómetros más allá, su marido entrena en la Ciutat Esportiva del Barça. Son una pareja a la que les unen muchas cosas pero, asegura, “el deporte es una de las más importantes”. Ella está en la calle, a la vista de todos, con ese grupo que convoca a través de las redes sociales. “En mi país sería imposible hacer algo así”, reconoce.

El matrimonio es tan popular que apenas puede dar un paso a la vista de todos. Pero tanto Anna como Robert educan a sus hijas “en la sencillez, en una vida tranquila y, sobre todo, muy sana”. Las alejan del lujo -“aunque lo conozco, lo vivo y soy consciente que es una parte de nuestra realidad”-, de las marcas y de todo aquello que consideran que no las suma. Hoy, en pleno centro de Barcelona, su madre se ‘arremanga’ y transmite los valores de la práctica deportiva. ¿Su ilusión? “Quedarnos a vivir aquí, aunque todo depende de la carrera de Robert”. Respira hondo mientras ingiere un tentempié de açaí y deja que el sol le inyecte energía positiva, la misma que ella transmite a su gente.

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