Maldito diario: París, 6 de octubre de 2022

Leo Messi podría volver a Barcelona el próximo mercado de verano, pero la decisión se tomaría tras Catar 2022

El rosarino afronta su segundo año en la capital francesa y su juego ha mejorado notoriamente con Galtier

Messi, celebrando su diana en Lisboa

Messi, celebrando su diana en Lisboa / EFE

Panenka

Querido diario. Últimamente se está hablando bastante de mi posible regreso a Barcelona, pero prefiero no decir nada. Siempre me ha parecido mejor que otros hablen por mí. Aun así, calma, que la cosa en París ya no está tan mal como se pinta. ¡Estoy en plena forma! ¿Viste qué golazo le metí al Benfica? No recuerdo muy bien si ganamos o perdimos, pero yo voy como un tiro. Lo bueno de estar en el PSG es que esto de jugar solo la Champions League te deja bastante tiempo libre. Y eso, a mi edad, se nota en lo físico. Y mira que aquí se entrena mucho, incluso los fines de semana.

Bueno, en realidad, los sábados y los domingos se juega una competición llamada ‘ligue uno’ (ojo, que el nombre puede confundir; la decepción que se debió llevar Icardi cuando llegó). Pero todo son ventajas. Esto de estar rodeado de desconocidos es la mejor preparación antes de jugar un Mundial con Argentina. ¿Volver a Barcelona en 2023? ¿Para jugar en Montjuïc? Entre eso y lo de que Al-Khelaïfi haya pensado en comprar el Espanyol, me da por pensar que hay más opciones de que acabe de blanquiazul. ¿Volver al Barça cuando ya no quedará ninguno de mis colegas en la plantilla?

No lo sé… Además, me cuentan que hay bastante gente que no lo vería bien. Dicen que volvería “el pequeño dictador”. La verdad, me duele que me acusen de déspota. ¿Solo porque mandaba más que Valverde y Setién ya me tienen que llamar así? Si en el club hasta Dembélé mandaba más que ellos. Y eso que al bueno de Ousmane no le hacen caso ni sus propias piernas. No, no me gustan los dictadores; yo no soy como Neymar.

Hay quien argumenta también que el Barça se ha acostumbrado a jugar con once que defienden, que ahora ya sabe vivir sin ‘10’ –no te ofendas, Fati–. Está claro que, sin mí, son un colectivo en el que todos dan lo máximo, un conjunto que apuesta por recuperar el ADN del club. Precioso. En la Europa League, pero precioso. ¿No sería más bonito que nos pudiéramos reencontrar para devolver al club a dónde merece? Que Laporta me llame. Pero que llame él, que las llamadas internacionales se pagan a parte. Así ya se va acostumbrando.