Maldito diario: Madrid, 8 de febrero de 2022

Nos hemos olvidado de cuando éramos felices

El Cholo Simeone, en un entrenamiento

El Cholo Simeone, en un entrenamiento / EFE

SPORT by Panenka

Madrid, 8 de febrero de 2022

Querido diario, qué dura es la vida cuando uno es el entrenador de un equipo humilde. Ahora todos me critican porque los resultados no son los esperados. ¿Qué pasa? ¿Toda la vida con el rollo ese del ‘pupas’ y ahora resulta que el Atleti era un equipo ganador? Ni que fuéramos los campeones de Liga… Ah, no, espera… No ha pasado ni medio año, pero ya nos quedan tan lejos las celebraciones... Quién iba a decir que teniendo a Suárez en tu equipo las cosas pueden llegar a pasar tan rápido.

Nos hemos olvidado de cuando éramos felices. Será que nos falla un poco la memoria. Tanto ir partido a partido me ha hecho pasar por alto todo lo demás. Lo peor es que creo que he acabado contagiando esa amnesia a la hinchada y a los jugadores: muchos de nuestros aficionados ya no recuerdan cómo era esto antes de mi llegada, y muchos de nuestros futbolistas ya no recuerdan cómo se defiende un córner. Y eso duele.

¿Qué sentido tiene el fútbol si no puedes mantener tu portería a cero, ganar por la mínima, desesperar a los rivales…? Ah, era tan hermoso cuando éramos capaces de hacerlo… Pero todo ha pasado de ser hermoso, a que Hermoso esté sobrepasado. Que se lo pregunten a Adama. Por cierto, ¿no decían que el Barça no era un equipo de músculo? ¡Ja! A mí Xavi no me engaña. De mí no se va a reír. No me voy a dejar pisotear, soy un guerrero (que no un Julen Guerrero, jeje). A mí nadie me va a volver a llamar ‘entrenador defensivo’. ¡No señor! (sobre todo después de vernos jugar últimamente...)

Seguiremos luchando contra los poderosos. Contra el Madrid, un equipo que se ha gastado la friolera de 31 millones en fichajes esta campaña. Sí, es verdad, nosotros hemos invertido más de 76. Pero es que a los pequeños nunca nos regalaron nada. Todos tranquilos, lo importante no es no caerse, sino levantarse. Eso fue lo que le dije a Daniel Wass el otro día, cuando se lesionó y le animé a seguir jugando. Ya va cogiendo mi rollo motivacional. En esto sí que sigo en racha. Si al final me toca pagar los platos rotos, igual me dedico a las tazas. Cuando Mr. Wonderful sea mi rival, se le van a quitar esas ganas de sonreír.

 

Diego P.S.