Buscando América

El Mundial de Clubes se convierte en un título dominado por conjuntos europeos casi 20 años después de sustituir a la vieja Copa Intercontinental

El Real Madrid es el principal favorito tras conquistar la Champions League la temporada pasada

Luis Figo, con el Real Madrid

Luis Figo, con el Real Madrid / EFE

Adrià Soldevila

Adrià Soldevila

Este año se cumplen diez temporadas desde la última vez que un equipo sudamericano ganó el Mundial de Clubes. Una década sin que un conjunto no europeo haya levantado el título que lo acredita como el mejor del mundo.

Lejos queda la victoria del Corinthians de Tite ante el Chelsea de Rafa Benítez, un equipo que había logrado la primera Champions de su historia con Roberto Di Matteo en el banquillo y Didier Drogba en el césped. Diez años del gol de Paolo Guerrero que dio el título a un Corinthians que venció contra todo pronóstico al rey de Europa. Este año Flamengo tampoco romperá la mala racha que encadenan los vencedores de la Copa Libertadores porque no estará ni en la final, como tampoco lo estuvo Palmeiras en 2020 ni el mejor River Plate de los últimos tiempos en 2018. Todos ellos cayeron en las semifinales.

El Mundial de Clubes se ha convertido en un trofeo casi inalcanzable para los equipos sudamericanos. De hecho, desde que sustituyó a la Copa Intercontinental se han disputado 17 ediciones, de las cuales 14 se las ha llevado un conjunto europeo. Las tres restantes han viajado a Brasil, con São Paulo, Internacional de Porto Alegre y Corinthians como ganadores.

Este último, en la edición disputada el 16 de diciembre de 2012 en el Estadio Internacional de Yokohama. Diez temporadas después, ningún otro equipo sudamericano ha sido capaz de doblegar al campeón europeo: cuatro títulos para el Real Madrid, dos para el Bayern de Múnich y uno para el Barcelona, el Liverpool y el Chelsea.

Hoy, el Real Madrid puede sumar su quinto cetro mundial si vence al Al Hilal de Arabia Saudí. Estos 14 títulos europeos por los tres sudamericanos desde que el formato del torneo cambió en 2005 contrastan con la igualdad absoluta en el reparto de títulos de la Copa Intercontinental, la competición precedente que se disputó entre 1960 y 2004.

En 43 ediciones, 22 veces consiguió alzar el título un equipo sudamericano, por las 21 que lo logró un conjunto europeo. Claro que por aquel entonces no participaba ningún club más. Solamente los ganadores de la Copa de Europa y la Copa Libertadores, uno contra uno. Sin semifinales ni rondas previas. Una final con el único objetivo de señalar al campeón de los campeones, una especie de Supercopa con los vencedores de los dos campeonatos más prestigiosos del planeta.

“Se extraña esa rivalidad sudamericana-europea”, admite a Sport Dossier Cristian Traverso, histórico jugador de Boca Juniors y campeón de la Copa Intercontinental en el año 2000 en Tokio. “Antes la Intercontinental era un mano a mano. Te preparabas para un solo partido. Como jugador, te concentrabas mucho más, tratabas de no cometer errores y estabas más tensionado. Pero ahora puede suceder, de manera inconsciente, que el equipo se relaje pensando que los sudamericanos somos superiores a los rivales asiáticos o africanos. Y es un error porque son fuertes y te pueden dejar fuera”, explica el ex centrocampista argentino, titular en el eje de la defensa en unos de los mejores partidos de la historia moderna de Boca. Aquella final de la Intercontinental del año 2000 ante el Real Madrid dejó una de las grandes victorias sudamericanas ante el equipo de los ‘Galácticos’.

El día de Román

La del 2000 en Tokio es una de las finales de la Copa Intercontinental más recordadas de la historia. Boca Juniors sometió al Madrid de los Casillas, Roberto Carlos, Hierro, Figo, McManaman o Raúl. Precisamente, la era Florentino Pérez empezó con una dura derrota internacional ante un equipo cargado de futbolistas que luego viajarían a Europa: Óscar Córdoba fichó por el Perugia italiano; Hugo Ibarra se fue al Oporto; Jorge Bermúdez al Olympiacos; Aníbal Matellán al Schalke 04; Sebastián Battaglia y Martín Palermo ficharon por el Villarreal; y Juan Román Riquelme, después de una gran campaña mediática, acabó en el Barça de Van Gaal.

Los únicos que no se movieron de Latinoamérica fueron Mauricio Serna, José Basualdo, el ‘Chelo’ Delgado y el propio Cristian Traverso, que no olvida la exhibición de uno de los mayores talentos de Boca: “Román la rompió toda. Geremi no se la podía sacar en la mitad de la cancha. La cubría, la guardaba. Para nosotros, que Román tuviera la pelota debajo del pie significaba tiempo de aire, de recuperación. Yo sabía que no lo pararían, estaba enchufadísimo y con muchas ganas. Román tenía esa característica de muchos sudamericanos, relajarse cuando el partido parece fácil, pero en las situaciones de tensión, jugando bajo presión aparecía siempre. En las citas importantes siempre estaba”.

Riquelme cuajó una actuación que sirvió de aval definitivo para los barcelonistas. Meses antes ya se había hablado de su posible llegada al Barça y esa final despejó todas las dudas. El ‘10’ de Boca debía vestir de azulgrana. Sometió a todo un Real Madrid con un dominio absoluto del balón y completó su partidazo con una asistencia milimétrica al espacio para la carrera de Martín Palermo, que anotó los dos goles del conjunto ‘xeneize’.

Fue un partido inolvidable con una clave que Traverso no quiere obviar: el liderazgo y la inteligencia de Carlos Bianchi. “Una de las cosas que nos dijo Bianchi apenas terminamos de ganar la Copa Libertadores fue que no pensáramos en el Real Madrid. Seguimos concentrados en el torneo local porque era la manera de prepararnos para llegar bien a la Intercontinental dándolo todo sin miedo a lesionarnos. Y cuando llegó el partido, Bianchi nos dijo que estaba 50-50, que cualquiera lo podía ganar. Recibimos y entendimos el mensaje. Cuando confías en el entrenador, olvídate del rival, puede pasar cualquier cosa”, recuerda el exfutbolista, que sigue lamentando el cambio de formato y la entrada de equipos de otros continentes. El torneo ha perdido aquello que lo hacía único.

Business is Business

“El Mundial de selecciones ahora tendrá 48 equipos. Es un negocio. Si genera dinero, lo harán; y si hubiera más continentes, meterían a más equipos”“Está bien porque se globaliza, pero pierde el gancho de Europa contra Sudamérica, ese mano a mano histórico. A mí me gusta más el modelo de Intercontinental, ese Argentinos Juniors-Juventus de 1985. Eso sí fue un David contra Goliat, un partido precioso, la mejor final que he visto nunca. Pero los negocios son negocios, el mundo funciona de esa manera y tenemos que adaptarnos”

La vieja Intercontinental dejó finales apasionantes. Algunas de ellas traumáticas, como la que dejó escapar el Barça de Johan Cruyff ante un São Paulo que supo encontrar las carencias de un equipo que acababa de levantar su primera Copa de Europa. O la gran exhibición de Vélez Sarsfield en 1994 ante todo un Milan bicampéon de Europa, que ya venía precisamente de perder la Intercontinental de la temporada anterior ante el mismo São Paulo que había derrotado al Barça un año antes. Finales ultracompetidas que han quedado atrás y que han dado paso a un dominio europeo que no parece tener fin. “Siempre habrá nostalgia de aquellos tiempos”, reconoce Traverso.