El Vaticano excomulga al arzobispo ultraconservador Carlo Maria Viganò

Lo que era un secreto a voces ha acabado con el final esperado. La Congregación de la Doctrina de la Fe (CDF), el antaño Santo Oficio del Vaticano, ha confirmado este viernes la excomunión del ex nuncio en EEUU y arzobispo ultraconservador Carlo Maria Viganò, la pena más severa que aplica la Iglesia católica en ámbito de derecho eclesiástico. 

El Vaticano explicó que la decisión se ha tomado pues Viganò ha sido encontrado culpable de haber renegado del papa Francisco. “Son conocidas sus afirmaciones públicas de las que resulta el rechazo a reconocer y someterse al Sumo Pontífice, a la comunión con los miembros de la Iglesia y a la legitimidad de la autoridad magisterial del Concilio Vaticano II”, detalló la CDF. 

Delito de cisma

Con esto como punto de partida, después de un juicio penal, Viganò ha sido considerado culpable del delito de cisma, prevista en los canones 751 y 1364, precisó la institución, al añadir que la sentencia dictada es en concreto una excomunión latae sententiae. Es decir, se trata de una excomunión que no necesita de una amonestación previa y que implica que el interdicto tiene la prohibición de dar misa, recibir los sacramentos, celebrar ceremonias del culto litúrgico, o ejercer cargos eclesiásticas.

Viganò ya ha sido informado de la decisión, añadieron las autoridades vaticanas, que también recordaron que al acusado se le había dado la posibilidad de hasta el 28 de junio para designar un abogado que le representara o enviar un escrito de defensa. “Como esto no ocurrió, se le asignó un abogado de oficio que llevó a cabo la defensa de Viganò”, explicaron.

Como Milingo

Se cierra así, en tiempos brevísimos, la decisión del Vaticano de sentar en el banquillo de los acusados al polémico sacerdote que ahora comparte destino con una escueta lista de sacerdotes que, en época contemporánea, han sido alcanzados por un castigo tan severo. Célebre es, en este sentido, el caso del exorcista Emmanuel Milingo, excomulgado en 2006, después de casarse con la acupunturista coreana Maria Sung, de la secta Moon, y consagrar obispos sin autorización del Vaticano.

El propio Viganò, que en los años ha calificado a Francisco de  “herético”, “tirano” y “siervo de Satanás”, parecía haber asumido ya desde el primer momento este epílogo. Tanto es así que él mismo divulgó en junio a la prensa el decreto por el que se le citaba en Roma para responder a las acusaciones e informó de que no colaboraría bajo ninguna circunstancia con el Vaticano.