Testimonio

Una pareja española en el vuelo a Singapur con un fallecido y heridos: "Fue el susto de nuestras vidas"

El accidente truncó la luna de miel de Iago Peteiro y Estrella Núñez, de Vigo, los únicos españoles del vuelo de Singapore Airlines afectado por fuertes turbulencias

Ambos se recuperan ahora en un hospital de Bangkok de las lesiones sufridas

Iago y Estrella, en un viaje anterior a Singapur.

Iago y Estrella, en un viaje anterior a Singapur. / CEDIDA

Marta Fontán

Iago Peteiro y Estrella Núñez se casaron el 17 de mayo. La boda tuvo una temática viajera dada su pasión por recorrer el mundo. La luna de miel los iba a llevar primero a Nueva Zelanda y a continuación a Hawái y Los Ángeles. Pero el viaje se truncó antes de que llegasen a su primer destino. Esta pareja afincada en Vigo viajaba a bordo del vuelo de Singapore Airlines que hace una semana sufrió severas turbulencias y un abrupto descenso mientras atravesaba el mar de Andamán cuando cubría la ruta entre Londres y Singapur con 211 pasajeros y 18 tripulantes a bordo.

Un turista británico de 73 años falleció y más de un centenar de personas resultaron heridas: una veintena tuvieron que ingresar en la UCIIago, vigués de 42 años, y Estrella, de 38 y natural de Redondela, se recuperan ahora en un hospital de Bangkok (Tailandia) de las lesiones sufridas, sobre todo él, al que no le dio tiempo a abrocharse el cinturón de seguridad.

Sufrieron el “susto” de sus vidas, confiesan, y se quedaron sin su ilusionante viaje de recién casados, pero se confiesan “afortunados” y transmiten un mensaje de tranquilidad a sus familias. “Aunque psicológicamente ha sido un golpe muy duro, físicamente sabemos que nos vamos a recuperar; es imposible olvidar lo vivido, claro, pero pasará. Hay que quedarse con lo positivo”, resumen.

El matrimonio –los únicos españoles a bordo de ese avión– empezó su viaje el lunes 20 de mayo. Subieron al Boeing 777-300 ER de Singapore Airlines en Londres: iban a Nueva Zelanda pero haciendo escala en Singapur. Llevaban diez horas de vuelo cuando ocurrió todo. “Acababan de encender las luces y empezaba el servicio de desayunos. La tripulación estaba por el pasillo, la gente se levantaba para ir al baño... Había bastante movimiento. Me quité el cinturón de seguridad un rato para poder estirar las piernas y entonces ocurrió”, describe Iago.

“Empezaron las turbulencias, nos recolocamos en el asiento y yo estaba poniéndome de nuevo el cinturón; estaba a punto de unir las dos partes cuando de repente el avión cayó en picado...”, añade. Este vigués salió impulsado y se golpeó con la espalda contra el techo. “Fue un golpe brutal y a continuación me caí e impacté contra el reposabrazos del asiento, que estaba en posición vertical”, concreta.

Iago y Estrella en Tailandia en 2017

Iago y Estrella en Tailandia en 2017 / CEDIDA

“El dolor fue tremendo y no fui capaz de incorporarme; escuchaba cosas, pero no veía lo que pasaba...”, continúa. Estrella sí que fue fiel testigo y totalmente consciente del caos y de la terrible situación que se vivió a bordo. A ella le dio tiempo a abrocharse el cinturón, algo que la protegió en su asiento. “Tuve mucha suerte”, afirma. De lo vivido pasadas las terribles turbulencias y hasta que el avión aterrizó casi una hora después de emergencia en Bangkok, con pasajeros con heridas muy graves, prefiere no hablar. “Fue muy duro, horrible, un caos. Es algo que en estos momentos no me apetece recordar ni narrar, me he impuesto un bloqueo voluntario de todo eso”, confiesa. Lo que sí concreta es que, tras las turbulencias, el aparato se “estabilizó” y el piloto hizo un aterrizaje que califica de “increíble”. “Era una situación muy delicada por el estado de los pasajeros heridos, había gente por el suelo... Pero el avión tocó tierra de forma muy suave, sin moverse ni un milímetro, no parecía que estuviésemos aterrizando”, narra.

Una vértebra fracturada

Iago y Estrella, que trabajan en el sector de la industria biofarmacéutica, fueron trasladados al Samitivej Srinakarin Hospital de la capital tailandesa. “Pensé que me había roto todo. Cuando llegué allí me hicieron todo tipo de pruebas y me dijeron que solo era una contusión muy fuerte. Pero, dado el dolor, al día siguiente vieron con otro TAC que tenía una vértebra del cuello fracturada, además de contusiones por todo el cuerpo y un intenso dolor de espalda”, afirma él. El neurocirujano que lo trata es “cauteloso” y “conservador” y le comunicó que deberá seguir en Bangkok al menos dos semanas más para que la lesión se estabilice y pueda volar “sin riesgos” de regreso a Vigo.

Estrella continúa también en el hospital. Aunque no salió despedida de su asiento al tener el cinturón, tiene contracturas en la espalda y contusiones por el efecto del rápido y brusco descenso del avión. “A mí quizás ya me habrían dado el alta, pero como Iago está hospitalizado y aún tendrá que seguir aquí con reposo absoluto y collarín, pues sigo recuperándome aquí con él”, indica.

Imágenes del accidente en Singapur

Imágenes del accidente en Singapur / EFE

Por su experiencia hasta el momento, solo tienen buenas palabras hacia el centro hospitalario y la compañía aérea. Pese a estar a más de 10.000 kilómetros de su hogar en un momento complicado y con la barrera del idioma –aunque con el inglés pueden comunicarse bien con los doctores–, la atención que están recibiendo mitiga los inconvenientes de su situación. “Los médicos pasan todos los días y se involucran mucho; y la aerolínea también está aquí, pendiente, y ya nos comunicó que se hará cargo de todos los gastos sanitarios y de los de nuestro viaje de vuelta a España, incluso nos ofrecieron la posibilidad de que algún familiar viajase hasta aquí para estar con nosotros”, cuentan.

Les han brindado también atención psicológica. “Más allá de las lesiones físicas, fue un golpe muy duro; nuestro mayor hobbie es viajar, de hecho siempre hemos disfrutado mucho de los vuelos largos, y ahora nos da respeto coger el avión de vuelta”, reconocen. Esperan que la mejoría a nivel psicológico sea cuestión de tiempo. Y que ese viaje de luna de miel que se les truncó lo puedan hacer en un futuro cercano: “Ahora solo queremos pensar en positivo. Porque la realidad es que, pese a lo que hemos vivido, estamos bien, recuperándonos y juntos”.

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