COMUNIDAD DE MADRID

Los retos de Madrid ante el incremento de población: revolución en el transporte, el “problemón” de la vivienda y frenar la “segregación territorial”

Madrid acaba de superar por primera vez los siete millones de habitantes y se espera que reciba a casi un millón más en los próximos 15 años

Varias personas sentadas en una terraza en Madrid.

Varias personas sentadas en una terraza en Madrid. / Europa Press

Elena Marín

Madrid acaba de registrar un nuevo máximo histórico de población residente. El Instituto Nacional de Estadística apuntaba en su última publicación demográfica de este mes de agosto que la región ha superado por primera vez la barrera de los siete millones de habitantes: 7.058.041. Es la región en la que más ha crecido la población en el último trimestre del año y la que, según las proyecciones de este órgano estadístico, mayor densidad poblacional va a tener en los próximos 15.

"Calculamos que va a crecer en torno a un millón de habitantes en los próximos años", repite la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso desde hace ya tiempo. Lo dice basándose precisamente en la proyección que realiza el INE, que señala que en 2037 la región sumará más de 7,8 millones de personas. Un crecimiento que está "inexorablemente vinculado a la inmigración", según Concha Denche,  socióloga y presidenta del Club de Debates Urbanos.

Esta evolución es "perfectamente abordable" en Madrid porque el crecimiento "no es comparable con los escenarios vividos en China o en Latinoamérica", explica Esteve Almirall, profesor del Departamento de Operaciones, Innovación y Data Sciences en Esade y director de Esade Center for Innovation in Cities. Pero señala que "Madrid no puede renacer anticuada" y que "requiere de planificación a medio y largo plazo". Vivienda, movilidad y servicios públicos tendrán que reformularse en algunos casos, según los expertos consultados, y coinciden en que son aspectos "interrelacionados" y que no es posible abordar uno sin abordar el otro", resume Almirall.

Aprovechar la IA y frenar la disgregación

Mientras el profesor de Esade apuesta por la revolución de la IA y la innovación para acometer la modificación necesaria de las "políticas posibles", tanto Denche como José Manuel Gómez Giménez, Doctor en Sostenibilidad y Regeneración Urbana, creen que el principal reto ante un incremento de población como el previsto está en evitar la "segregación territorial".

El acceso al médico, al agua (motivo por el que la Comunidad de Madrid dice haber encarecido las tarifas para los grandes consumidores), al transporte, la gestión de las basuras... algunos de estos servicios "no van a sufrir en un futuro cambios sustanciales aunque sí mejoras, como por ejemplo sensores en la conducción de agua reduciendo fugas o transporte autónomo de paquetes en vez de riders", explica Almirall. Pero hay otros para los que la transformación será "radical gracias a la IA generativa", opina, e incluye entre ellos la medicina, la educación o los servicios públicos: "¿Por qué el servicio público no puede ser tan eficiente como Amazon? O como Hacienda, al menos. El uso de la IA es una oportunidad para reducir la brecha burocrática a algo simbólico".

Esta es la visión positiva. Pero mientras esta parte avanza, los otros expertos señalan que hay que poner el foco hay en la evolución social. "Madrid hoy no tiene guetos", está "muy bien" comparada con otras capitales internacionales, pero las" desigualdades internas de la población crecen" y es necesario gestionar adecuadamente los flujos migratorios de quienes vienen a la región desde otras provincias o países para que no se concentren en zonas homogéneas y de mala calidad, analiza Denche.

Para evitarlo es necesario abordar "el problemón" de la vivienda, como lo define Gómez Giménez, también investigador Margarita Salas en la Universidad Politécnica de Madrid, que afecta sobre todo a las generaciones más jóvenes, pero también la sostenibilidad del transporte y "mucho" las "dotaciones urbanísticas" para evitar los problemas que traerán consigo tener una población cada vez más envejecida y sola.

Mayor coordinación intermunicipal

"Necesitamos que el urbanismo se retome como un instrumento de planificación social", opina Denche, "controlando los usos de patrimonio público donde prime el interés general" para que se atiendan las necesidades de la población. "Con los mismos recursos vamos a tener que atender necesidades de cuidado mucho mayor, este es un problema estructural, y hay que ser muy innovador sin desatender el trato personal", sostiene la socióloga. Aquí es donde prácticamente todos los expertos interrelación la movilidad sostenible y recuperan la idea de la ciudad de los 15 minutos.

Gómez apuesta por una necesaria "mayor coordinación intermunicipal" para la gestión de los servicios públicos en los próximos años. En algunas zonas de Madrid, explica, la línea que divide administrativamente a dos municipios no es la que distingue a los residentes de sus calles. "La gestión de las basuras, los espacios verdes, las infraestructuras... debería haber un sistema mucho mejor coordinado entre los municipios" sean del color que sean, dice. Y añade que la Comunidad, que cuenta con competencias de planeamiento territorial, debería tener un plan. Precisamente, la última ley ómnibus de medioambiente aprobada por el Gobierno regional el pasado mes de julio incluye en las modificaciones de la ley del suelo un nuevo instrumento para la ordenación del territorio, como los Planes Territoriales.

Alternativas para la vivienda

La vivienda, en cualquier caso, sigue siendo el problema principal ante un incremento previsto de la población. En la capital están en marcha nuevos desarrollos urbanísticos en Madrid Nuevo Norte, el sureste o los de la operación Campamento, que ampliarán notablemente el parque de viviendas de la región con miles de nuevos hogares, y la Comunidad de Madrid tiene también sus planes para la construcción de nueva vivienda en la región o incentivos para potenciar las zonas rurales. Pero el problema "no es tanto el número de viviendas sino el acceso para los trabajadores", explica Denche.

El profesor de Esade ve aquí una oportunidad para las diferentes formas de "flex living, como co-living, senior-living, etc.". Pero advierte de que "ni la legislación ni la oferta están adaptadas a esos formatos" y considera que "despreciarlos es despreciar una parte importante de las soluciones". A eso suma que "el sector público por sí solo va a ser incapaz de solventar la oferta debido a la falta de capital y a la baja eficacia en la gestión". Por eso apuesta por la colaboración: "Es necesario movilizar al sector privado diseñando un conjunto de incentivos inteligentes que aseguren un beneficio suficiente a las empresas y un alquiler bajo a los inquilinos al tiempo que un crecimiento alto de la oferta". Pero aquí entra en juego la ideología y es consciente de ello: "Para ello la participación de fondos de inversión internacional es imprescindible. Se trata de huir de dogmatismos políticos y abrirse a todo un conjunto de actores, soluciones y participantes, por supuesto también cooperativas".

Denche y Gómez señalan a su vez la infrautilización actual de "cerca del 15% de las viviendas" en la capital, que hoy están vacías o tiene un uso secundario, y el "problemón" para la segregación social que supondrá la herencia de activos inmobiliarios en el futuro. "Si heredas en Madrid te va a solucionar la vida, mientras que si heredas en un pueblo puede ser una carga", concluye Gómez.

La movilidad y ciudad de los 15 minutos

"La concentración de población viene por algo, porque la situación económica lo fomenta, pero se hacen políticas para centros urbanos cuando la gente se tiene que ir a vivir cada vez más lejos y eso incrementa los desplazamientos", explica el doctor en Sostenibilidad y Regeneración Urbana. "El gran problema y aquello que en buena medida define una ciudad es la proporción entre el espacio destinado a la movilidad y el espacio destinado a sus habitantes. La ciudad de los 15 minutos es un concepto del que aprender", coincide Almirall.

Optimista, el experto de Esade cree que "en movilidad, los coches y autobuses eléctricos y autónomos junto con metros ligeros autónomos van a cambiarlo todo. Es un buen momento para que Madrid, o una parte de Madrid, se convierta en un laboratorio viviente de estas tecnologías como lo es Wuhan o San Francisco, invitando a proyectos como Apollo, Waymo, Zoox, etc.". Y lo explica así: "Una solución de movilidad autónoma y eléctrica en vehículos compartidos tiene el potencial de poder dividir por 10 o más el número de vehículos en circulación al tiempo que reduce la contaminación a prácticamente cero. Si estamos haciendo una ciudad para el futuro, no tendría sentido no apostar por ese futuro que nos permite disponer de espacio para servicios y zonas verdes en vez de coches individuales".

Denche ve que la movilidad puede ser otro motivo disgregador y que las administraciones deben vigilar: "Es poco sostenible un modelo que expulsa a gente a un radio de 80 km cuando la transición verde no es posible si no se accede a un vehículo verde". Al final, añade Gómez, si se miran los números de estos últimos años el "25% que más renta tiene es el que se ha llevado el 75% de subvenciones" en este ámbito.

"El reemplazo generacional se concentrará en menos manos por las herencias, que van a tener copado el mercado (de la vivienda). La promoción de suelo nueva no está montado para el nivel de precios tensionados, por eso es tan difícil dotar de servicios públicos los nuevos desarrollos urbanísticos, explica Denche. Así, "se acude a la privatización, que resuelve el problema a corto plazo pero que a la larga, más allá de ideologías, provoca que el urbanismo dependa del vehículo privado". "Nos cargamos la ciudad mediterránea de los 15 minutos, creamos productos inmobiliarios homogéneos al que acude el mismo perfil y así se incrementa la desigualdad", concluye Denche.