Discriminación

El estrés de minorías, otra piedra en el camino de las personas LGTBI: "Les lleva a aislarse socialmente"

La opresión individual y sistémica genera esta afección crónica, que tiene un impacto negativo tanto física como psicológicamente

Ansiedad, depresión, trastorno de estrés postraumático y mayor riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares son algunas de las consecuencias

Colores de la bandera LGTBI en el inicio del Orgullo, en el barrio de Chueca (Madrid).

Colores de la bandera LGTBI en el inicio del Orgullo, en el barrio de Chueca (Madrid). / JOSÉ LUIS ROCA

Ana Ayuso

Imagine que salir a la calle le cause ansiedad. No desea verse expuesto a las miradas que los ajenos vayan a dirigir hacia usted. Miradas que juzgan y reprochan. Imagine que buscar piso o trabajo le estrese aún más de lo habitual porque, además de por sus nóminas o por sus aptitudes, personas ajenas a su círculo de confianza y sistemas institucionales van a tener en cuenta de manera velada su condición sexual o su identidad de género, en unas interacciones que pueden estar impregnados de prejuicios y discriminación. Imagine que al ir a los servicios sociales, sanitarios o educativos le generase desesperanza y falta de control.

Estos pensamientos intrusivos anticipan situaciones de discriminación que puede que no lleguen a producirse pero que usted teme que se den. "La constante preocupación por ser rechazado o maltratado en estos contextos puede llevar a un estrés crónico que tiene un impacto negativo tanto física como psicológicamente", refleja Unai Aso, terapeuta del servicio de psicología Unobravo.

Esto es lo que sufren algunas personas que pertenecen al colectivo LGTBI. Esta otra piedra en el camino de las vidas de esta comunidad tiene un nombre: estrés de minorías. Se refiere al estrés psicológico que experimentan las personas que "pertenecen a grupos sociales estigmatizados o marginados", indica Aso. Este concepto lo acuñó el epidemiólogo psiquiátrico estadounidense Ilan Meyer en 2003 y se enfoca en el impacto negativo que tienen la estigmatización y la discriminación en la salud mental de estos individuos.

No sólo afecta a las personas LGTBI, también a "otros colectivos como minorías étnicas y raciales, personas con discapacidad, inmigrantes, y mujeres, entre otros", añade. Entre las consecuencias más comunes que se asocian a esta alteración se encuentran el estrés, la depresión, la ansiedad, el trastorno de estrés postraumático (TEPT) y otros problemas psicológicos.

Como resultado del estigma constante al que hacen frente estas personas, se ha sabido que tienen una discriminación percibida -anticipada, sin necesidad de que se produzca un ataque directo, sino por el temor de que este pueda darse. Está asociada con niveles más altos de angustia psicológica y peores resultados de salud física, como el aumento del riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares y otras condiciones crónicas

Desconfianza y aislamiento social

El estrés de minorías puede "afectar a la capacidad de una persona para establecer y mantener relaciones saludables, tanto personales como profesionales". La constante preocupación por la discriminación y el rechazo deriva en la desconfianza y el aislamiento social, dice Unai Aso, lo que a su vez puede "exacerbar los problemas de salud mental".

Quienes se ven afectados por esta alteración tienen más riesgo de llegar a aislarse socialmente. Esta es una de las "consecuencias directas de la discriminación y el rechazo como una estrategia de afrontamiento" para evitar situaciones que potencialmente les vayan a excluir. La propia teoría de Meyer señala que la expectativa de rechazo y la hipervigilancia constante ante posibles discriminaciones pueden llevar a las personas a evitar o escapar de interacciones sociales.

"Las personas que anticipan o han experimentado discriminación tienden a evitar situaciones sociales para protegerse de más daño psicológico. El problema es que este aislamiento puede agravar los sentimientos de soledad y desesperanza y reduce el acceso a redes de apoyo, lo que a la larga genera problemas psicológicos y deterioro de la salud mental en general", alerta el psicólogo de Unobravo.

La opresión individual y sistémica juega un papel esencial en este estrés de minorías. Este terapeuta recalca que no tiene por qué haber "ataques directos" para que el estrés de minorías afecte a algunas personas LGTBI. "Muchas veces, las propias expectativas de discriminación juegan un papel significativo en la experiencia de estrés de estas personas. Ahora bien, la historia de aprendizaje de cada persona (si ha sufrido experiencias desagradables o traumáticas relacionadas con la discriminación o el rechazo) también influye en su conducta actual, incluso en ausencia de amenazas directas", expresa.

Estos comportamientos de evitación y aislamiento pueden reducir, dice, la calidad de vida y aumentar el riesgo de problemas de salud mental. "Esta anticipación también puede llevar a una internalización del estigma, donde las personas empiezan a pensar en los estereotipos negativos sobre su grupo, lo que puede afectar su autoestima, autoconcepto, etcétera", zanja. 

Personas trans, más vulnerables

Dentro de la propia comunidad, hay una letra más vulnerable que las demás ante la posibilidad de experimentar esta afección, la T, la referente a las personas trans. "Esto puede deberse a varios factores, como la mayor visibilidad de su identidad de género, la falta de comprensión y aceptación social que todavía hay en diversos ámbitos, y la alta prevalencia de violencia y discriminación que suelen padecer", apunta Unai Aso.

En el metanálisis de Valentine y Shipherd (2018) se encontró que las personas trans experimentan "tasas significativamente más altas de discriminación y violencia en comparación con las personas cisgénero LGB", quienes se identifican con el sexo que se les ha asignado al nacer. Este estudio también evidenciaba que las personas trans tienen una prevalencia más alta de problemas de salud mental, como depresión, ansiedad y TEPT, lo que sugiere un impacto más severo del estrés de minorías. 

Asimismo, las personas intersexuales también tienen que hacer frente a problemas únicos debido a "la falta de reconocimiento y la medicalización de sus cuerpos", expone el terapeuta de Unobravo, que destaca que el trabajo de Jones y otros autores en 2016 mostraba que reportan altos niveles de estigmatización y discriminación, tanto en entornos médicos como en la sociedad en general.