Crisis migratoria

Malí: una guerra enconada que alimenta el flujo de la ruta canaria

La mitad de los migrantes llegados al Archipiélago este año son malienses

La crisis migratoria de Mauritania rebosa hacia las Islas

Llegada de un grupo de 51 migrantes a El Hierro, a bordo de una embarcación de Salvamento Marítimo.

Llegada de un grupo de 51 migrantes a El Hierro, a bordo de una embarcación de Salvamento Marítimo. / Europa Press

Isabel Durán

El recrudecimiento de la guerra en Malí, la presencia cada vez más intensa de grupos yihadistas y las consecuencias económicas derivadas del conflicto bélico han avivado el flujo de migrantes malienses hacia la ruta canaria. El bloqueo de la puerta de salida al Mediterráneo por Túnez deja sin alternativa a los migrantes que buscan un lugar seguro. Según denuncia Human Rights Watch, el Gobierno tunecino ha implantado medidas para perseguir a los migrantes subsaharianos, que pasan por detenciones arbitrarias, uso de la fuerza o expulsiones colectivas. Ante este escenario, su mejor opción para llegar a Europa es cruzar por carretera la frontera de Mauritania –que tiene un tratado de libre circulación con Malí– y después dar el salto hasta el Archipiélago. 

¿Qué importancia tiene Malí en la crisis migratoria de Canarias?

Las Islas han recibido en los primeros ocho meses del año a más de 23.000 personas y cerca de la mitad proceden de Malí. La delicada situación del país lo ha convertido en el principal emisor de migrantes hacia Canarias, superando a Marruecos, de donde procede el 10%, y a Senegal, desde donde llega 20% de la inmigración, según datos de la Agencia Europea de la Guardia de Fronteras y Costas (Frontex). 

¿Migrantes o refugiados?

Marroquíes y senegaleses son migrantes económicos, mientras que los malienses huyen de una guerra y su tasa de protección internacional en España es superior al 90%. En Canarias, entre los 5.200 menores migrantes que están bajo la tutela del Gobierno autonómico, hay más de un millar de niños malienses que huyeron de la guerra sin el soporte de un familiar adulto. Estos jóvenes, según ha señalado el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur), reúnen las condiciones para solicitar protección internacional.

En Canarias hay más de un millar de niños malienses bajo la tutela del Gobierno autonómico

¿Qué está pasando en Malí?

Malí es uno de los Estados más frágiles del Sahel. La guerra entre los rebeldes tuaregs y grupos yihadistas estalló en 2012 en el norte del país. La violencia se ha extendido y han aparecido nuevos actores, como el grupo Wagner, que han contribuido a la inestabilidad de la zona. El ejército maliense ha visto en los mercenarios rusos a un buen aliado para tratar de hacerse con el control del norte y el centro del país, donde los grupos armados imponen su propia ley, obligando a la población local a desplazarse hacia zonas más seguras, como la frontera con Mauritania. En solo nueve meses –entre agosto de 2020 y mayo de 2021– Malí vivió dos golpes de Estado, que llevaron al poder a la junta militar liderada por Assimi Goïta. La presencia rusa en Malí terminó de romper el vínculo histórico entre Francia y el país africano y, tras casi una década combatiendo el avance yihadista con la operación Barkhane, las tropas galas y sus aliados salieron de Malí en 2022. En marzo de ese mismo año, la oenegé Human Rights Watch denunció una masacre en Moura, en el centro de Malí, donde el ejército maliense y los Wagner asesinaron a unos 300 civiles. La inseguridad y el conflicto bélico genera unas devastadoras consecuencias económicas, que se suman al aislamiento internacional que sufre el país desde que Goïta se hizo con el poder.

¿Qué papel juega Mauritania?

Malí no está en el itinerario de la gira africana que el presidente de España, Pedro Sánchez, inició hoy. Sin embargo, su primera parada ha sido en Mauritania, donde hay más de 200.000 refugiados malienses esperando una oportunidad para dar llegar a Europa a través de la ruta canaria. El Gobierno de Nuakchot alertó a la comunidad internacional de que es incapaz de gestionar en solitario la crisis migratoria interna que vive el país. En la frontera sur de Mauritania se encuentra uno de los mayores campos de refugiados de África, Mbera, donde hay unos 50.000 malienses hacinados en una situación límite. 

¿Funciona la ayuda española y europea a Mauritania para controlar el flujo migratorio?

Hace solo seis meses, Sánchez y la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, viajaron a Mauritania y anunciaron un paquete financiero de 500 millones de euros para invertir en proyectos para el desarrollo, ayuda humanitaria y control migratorio. Medio año después de esta visita, no se ha puesto en marcha ningún proyecto y las autoridades locales han mostrado su inquietud por los incumplimientos. El Gobierno de Mauritania ya no solo se preocupa por ser el país de salida de los malienses, sino porque sus propios jóvenes están empezando a subirse a los cayucos. En lo que va de año, han llegado a Canarias más de 1.800 mauritanos, mientras que en el mismo periodo de 2023, solo habían arribado 13. 

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