La tragedia en Valencia, medio año después

"El incendio de Campanar fue hace 6 meses, pero muchos empezamos el duelo ahora"

Tras el fuego del 22 de febrero, una vorágine de papeleo y trámites engulló a los propietarios afectados y no los ha soltado hasta ahora: "parece que hayan pasado años"

Oscar, Ángela y Pepe, víctimas del incendio de Campanar, seis meses después de la tragedia.

Oscar, Ángela y Pepe, víctimas del incendio de Campanar, seis meses después de la tragedia. / / Fernando Bustamante

Gonzalo Sánchez

El edificio de la calle Maestro Rodrigo que ardió en febrero es una enorme y negra cicatriz urbana. Hace 6 meses, aquella finca vendida como el último grito en domótica prendió como una tea gigantesta gracias al material inflamable con el que estaba revestido su fachada. Las llamaradas segaron 10 vidas (entre ellas las de varios niños), y destruyeron 138 viviendas en uno de los peores incendios de la historia moderna de España.

"Parece que han pasado años", explica Pepe Mas, mientras mira el edificio de reojo. Tras el incendio, una vorágine de trámites y papeleo engulló a los propietarios afectados, y no los ha escupido hasta ahora. "Al principio no te crees nada de lo que está pasando, el papeleo te mantiene activo, activo y activo. Tienes que buscar nuevo piso, ropa, gestionar las a yudas... La segunda parte llega ahora, cuando uno empieza a tener cosas en orden, se puede parar y le da el batacazo. Ahora estamos asumiendo ese duelo y ese estrés postraumático", cuenta Pepe.

Valencia. VLC. Reportaje seis meses del incendio del edificio de Campanar

Valencia. VLC. Reportaje seis meses del incendio del edificio de Campanar / / Fernando Bustamante

Hay muchísimos vecinos que están en terapia, empezado a cerrar las heridas. La asociación de propietarios (Aproicam) gestionó con el Banco Mediolanum unas ayudas para salud mental, y la respuesta está siendo masiva. Fue gracias a Oscar Carreño, otro de los propietarios. Pepe, que además es médico, explica que "es más importante la terapia ahora que antes. En estos momentos es cuando nos hacía falta", cuenta.

Un hogar, no un impasse

Oscar fue uno de los primeros que se alquiló un piso y se marchó del edificio público de Safranar habilitado para las víctimas (donde deben irse de todos dentro de pocos días) porque "necesitaba pensar en algo que iba a durar más de tres meses". Poco después fue Pepe, "quería buscar un lugar fijo, no un impasse".

En realidad sus vidas seguirán en la provisionalidad por un tiempo indefinido, pero aún así "tienes la sensación de que vas a un sitio un poco más fijo, o que puedes tener más a tu gusto", explica Ángela Cárdenas, propietaria y mujer de Pepe.

Reportaje seis meses incendio campanar

Reportaje seis meses incendio campanar / / Fernando Bustamante

El peritaje dio el visto bueno a la reconstrucción de la finca, y la retirada de escombro empezará -en teoría- en septiembre, pero los vecinos ya no miran fechas. "Sabemos que nos queda un tiempo hasta que podamos volver a nuestras casas", dice Pepe. "Al principio no lo tenía claro porque me producía miedo volver... He perdido todo, ya no existe nada de lo que había en mi casa. Pero ahora vuelvo a tener ganas de rearmar mi prouecto de vida. Me hace ilusión pensar en mi hogar otra vez, y hacerlo desde cero", cuenta Óscar.

El tiempo, además, ha unido muchísimo más de lo que estaba a esta comunidad de vecinos que, a ser posible, quiere permanecer junta. "Las familias con hijos ni te cuento. El incendio les pilló en mitad de curso, y las clases se retoman en septiembre. No les vas a cambiar de centro y de amigos con todo lo que han pasado", explica Carreño.

"La casa está rota"

"La casa se ha roto, pero la van a arreglar nuestros amigos. Los juguetes se han perdido, pero no te preocupes porque puedes tener otros". Es la forma por la cual una madre comunicó a su hijo pequeños el incendio de Campanar. Afortunadamente ninguno de los dos estaban dentro, pero sí que tuvieron muchas preguntas en los días posteriores. "Él está feliz con nosotros en cualquier sitio, y cuando volvamos allí lo seremos todos de nuevo", cuenta la mujer.

Reportaje seis meses del incendio del edificio de Campanar

Reportaje seis meses del incendio del edificio de Campanar / / Fernando Bustamante

"De esto hemos aprendido que podemos vivir con menos, y que somos afortunados porque hay fallecidos a los que no podemos olvidar", cuenta Ángela. "También nos ha unido -remarca Óscar-, nos pasábamos pisos entre nosotros que nos pudieran interesar para ayudar a nuestros vecinos. Por ejemplo, si veíamos un piso pequeño y sabíamos que un vecino es soltero y le podía apañar", explica Carreño. "Lo peor ha sido encontrarlos amueblados, porque claro, con todo lo que llevábamos encima y sabiendo que queríamos volver a Maestro Rodrigo en unos años, lo que menos necesitábamos es añadir el estrés de amueblar un piso", explica.

Precios desorbitados

Los precios disparados del alquielr en València han sido uno de los grandes escollos en estos 6 meses. Oscar y Pepe fueron de los primeros en irse y cuentan que los vecinos que lo han conseguido pagan en torno a los 1.400 euros solo de alquiler. Sin las ayudas para pagar la hipoteca, es imposible mantener ese estilo de vida y se quedarían en la calle literalmente.

Virginia Pérez, vicepresidenta de la asociación de propietarios del incendio de Campanar (Aproicam) explica que el objetivo ahora a medio plazo es "sanar nuestras heridas, y nuestro mayor deseo volver a nuestro hogar".

Incendio en el edificio de Campanar.

Incendio en el edificio de Campanar. / / Fernando Bustamante

La afectada cuenta que el 22 de febrero sigue estando muy presente en sus vidas. "No dejamos de acordarnos ningún día, y de repente nos invade la pena, pero es algo normal, imagínate, en cuestión de una hora de vivir en tu hogar con tu familia a no tener ni pañales para tu bebé. Tenemos que seguir trabajando en ello y estaremos bien, seguro que sí", reivindica.

Por desgracia, añaden, queda mucho tiempo todavía, y las ayudas no son ilimitadas. "No sabemos qué va a ser de nosotros dentro de un año cuando tengamos los gastos de la hipoteca", denuncia Carreño. Sobre las ayudas, ambos explican que han funcionado razonablemente bien; "parece que van muy lentas y que no van a llegar, sobre todo al principio, pero luego todo se agiliza mucho y nos están llegando como un reloj a la mayoría", asegura Pepe. Oscar dice que "es de agradecer la política de ventanilla única para las víctimas y que se pudiera hacer todo desde un solo lugar, porque eso ha facilitado enormemente las cosas. "Ojalá estas ayudas se pudieran extender hasta la rehabilitación del edificio", dicen ambos.

Hace 6 meses desde que le cambió la vida a más de 400 personas. Todos se quedaron sin nada y tuvieron que empezar de cero, desde las donaciones de ropa y productos de higiene los primeros días, a un techo que se amuebló por parte del ayuntamiento de València en tiempo récord y lo peor de todo, la incertidumbre, casi diaria, de no saber qué iba a ser de ellos de aquí a unos pocos meses. Han pasado 6 y la tragedia aún sobrevuela y les repercute, pese a todo, algunos empiezan a ver tierra firme, aunque esté muy lejos, a la que llegar y dejar de estar en sus balsas precarias.