LAS PALABRAS Y SU IMPACTO

Un estudio constata una mejora en el lenguaje sobre salud mental

Tras analizar millones de textos de varias décadas se constata el paso de la "enfermedad" a la "salud" como prioridad

Un estudio constata una mejora en el lenguaje sobre salud mental.

Un estudio constata una mejora en el lenguaje sobre salud mental. / Pexels

Fidel Masreal

¿Cómo debemos hablar sobre la salud mental? El término mismo, salud mental, es solo una opción, una posibilidad, de definir un mundo entero, el de las emociones llevadas a situaciones conflictivas. Las entidades antiestigma han logrado sensibilizar a la población, pero no es fácil hallar el término medio entre no herir la sensibilidad sin dejar de ser preciso, tratar el tema seriamente pero no convertirlo en intocable... Un estuido de Nick Haslam y Naomi Baes, de la Universidad de Melbourne, en Australia, constata que en esta materia el lenguaje ha evolucionado en positivo, pasando de la "enfermedad" como idea básica para hablar de ello, a la de la "salud" como prioridad.

El estudio ha analizado 340 mil textos durante 79 años, tanto en libros de ficción como de no ficción, revistas, periódicos y el lenguaje hablado en, por ejemplo, programas de televisión. El resultado es que los términos genéricos para enfermedades mentales aparecieron con más del doble de frecuencia en 2019 que en 1940, a medida que la psiquiatría, la psicología clínica y otras profesiones de salud mental se introdujeron con normalidad en la salud pública, y la población ha ido atendiendo a la importancia de estos trastornos.

Menos "perturbados"

Con el paso del tiempo, conceptos como el de enfermedad o perturbado han dado paso a salud mental, psiquiatría y enfermedad. Los autores proponen también estudiar cómo afecta el uso del lenguaje a las personas afectadas por estos trastornos. "Nuestro estudio -indican Haslam y Baes- muestra que los términos han evolucionado, y 'enfermedad mental' se ha convertido en la expresión más popular".

Los investigadores constatan que la terminología es delicada, se use la palabra que se use, porque se puede interpretar un mismo concepto de forma distinta entre personas y comunidades distintas. "Es importante lograr un equilibrio entre no medicalizar demasiado pero tampoco trivializar las condiciones y experiencias de salud mental", reflexionan los autores.

Es importante un equilibrio entre no medicalizar pero tampoco trivializar las experiencias

Nick Haslam y Naomi Baes

— Investigadores de la Universidad de Melbourne

En cierto sentido están admitiendo que este es un debate abierto, como ha quedado recientemente demostrado cuando las entidades catalanas de familiares y personas con trastornos mentales han expresado su "sorpresa y estupefacción" por la incorporación de 'tarat' ('tarado') como palabra válida en el diccionario para referirse a una "persona con trastorno mental". La federación de entidades de personas con problemas de salud mental (SMC) exigieron al Institut d'Estudis Catalans que rectifique y excluya esta acepción en sentido figurado porque, en palabras de la presidenta de SMC, Mercè Torrentallé, "tener un trastorno mental no es ninguna tara". "Es una definición discriminatoria y muy perjudicial, las personas con problemas de salud mental no somos taradas", sentencia, confirmando así que el lenguaje no es neutro. Ni para describir la salud mental ni para niguna otra actividad, pensamiento o vivencia.