VUELTA AL COLE

No paran de aumentar los casos del síndrome de “cuello de texto”: qué es, síntomas y cómo evitarlo

La mochila y el uso de teléfonos móviles son los responsables de los dolores de espalda en los niños, que se agravan con la vuelta al cole

No paran de aumentar los casos del síndrome de “cuello de texto”: qué es, consecuencias y cómo evitarlo

No paran de aumentar los casos del síndrome de “cuello de texto”: qué es, consecuencias y cómo evitarlo / Freepik

Rafa Sardiña

Rafa Sardiña

Arranca la vuelta al cole. Con el regreso a las aulas, la Sociedad Española de Columna Vertebral (GEER) ofrece una serie de recomendaciones para prevenir las dolencias de espalda entre los escolares. Y es que, con el inminente inicio del curso, los estudiantes se enfrentan a dos importantes desafíos: el peso de las mochilas y permanecer durante varias horas sentados en la misma posición.

¿Qué peso pueden llevar los niños en la mochila?

Es una de las grandes preguntas de los padres estos días entre compras de material escolar y uniformes. Pero los expertos lo tienen claro: el peso de la mochila no debe exceder el 15-20% del peso corporal. Por eso, es importante elegir una adecuada.

Flotadores, amigos y buen humor de los profesores para endulzar la vuelta al cole

Flotadores, amigos y buen humor de los profesores para endulzar la vuelta al cole / RAQUEL MANZANARES

La mochila debe contar con cintas anchas ajustables y un respaldo acolchado. Y, por supuesto, probarla previamente para estar seguros de que se adapta a la fisonomía y altura del niño, evitando que la mochila caiga por debajo de las nalgas. 

Para una correcta distribución de la carga en el interior de la mochila, se recomienda colocar cerca del cuerpo el material con más peso. Optimizar el peso del material escolar a transportar es una responsabilidad compartida, y los profesores tienen un papel esencial para evitar la carga diaria de todo el material, recalcan desde la GEER.

Practicar ejercicio a diario es la mejor prevención, además de vigilar lo que se conoce como higiene postural o ergonomía

Otra de las grandes problemáticas es permanecer sentados durante largos periodos de tiempo (no solo en las aulas, también en casa a la hora del estudio).

Esto puede originar dolores lumbares, sobre todo si no se realiza actividad física. Animar a los niños a practicar ejercicio a diario es la mejor prevención, además de vigilar lo que se conoce como higiene postural o ergonomía. 

“La falta de ejercicio físico, el excesivo tiempo que pasamos frente al ordenador u otro tipo de dispositivos, y una mala alimentación, son factores que favorecen la aparición de contracturas y el dolor de espalda. Cambiando estos hábitos, se evitan y por ello no debemos ponernos excusas”, indica el doctor Luis Álvarez Galovich, jefe de la Unidad de Columna del Hospital Universitario Fundación Jimenez Diaz de Madrid y presidente de la Sociedad Española de Columna. 

Síndrome del cuello de texto: la otra consecuencia de los móviles

Pasar también demasiadas horas frente a dispositivos electrónicos puede provocar lo que se conoce como el síndrome del “Cuello de Texto” o Text Neck. Se trata de un trastorno muscular que aparece por la mala posición del cuello al estar inclinado hacia adelante durante largos períodos de tiempo. Esta postura ¡puede producir dolor y rigidez cervical. 

Flotadores, amigos y buen humor de los profesores para endulzar la vuelta al cole

El peso de la mochila es importa para evitar dolores de espalda en los niños en la vuelta al cole / RAQUEL MANZANARES

Para hacerse una idea. El peso medio de la cabeza de un niño ronda los 2 kilogramos. Por cada dos centímetros que se incline hacia adelante, se multiplica por 2 la presión ejercida sobre la columna cervical. 

El uso prolongado de dispositivos móviles (smartphones, tabletas…) y la higiene postural incorrecta al utilizarlos ejerce una fuerte presión en la columna vertebral, y puede acarrear la aparición de patologías de mayor gravedad como la hernia discal. Esta “enfermedad tecnológica” afecta en gran medida a niños y adolescentes (casi un 90% de prevalencia en esta población). 

“El síndrome del cuello de texto está relacionado cada vez más con la población joven, en la que vemos este tipo de patologías cada vez de forma más precoz. En los adolescentes, entre los 10 y los 20 años es donde es más común encontrar pacientes con estos síntomas, que acuden a consulta una cervicalgia que no cede y que se muestra de manera mantenida en el tiempo”, apunta el doctor Antonio Fernández de Rota, cirujano de columna en Málaga y miembro del GEER. 

Por eso desde la Sociedad Española de Columna se recomienda: 

  • Mantener los dispositivos al nivel de los ojos y evitar mirar hacia abajo. 
  • Realizar descansos en el uso de los dispositivos y practicar algunos ejercicios de estiramiento.
  • Mantener una postura erguida.

El 70% de los niños tendrá dolor de espalda antes de los 16 años, en la zona cervical, dorsal o lumbar, de los que un 8% podría sufrirlo de manera crónica

Los dolores de espalda aparecen en plena adolescencia

Más del 80% de los dolores lumbares en niños y adolescentes es funcional, es decir, casi siempre relacionado con contracturas, malas posturas y/o vida sedentaria. 

Nuevo curso escolar: menos móviles y más matemáticas y lengua

Nuevo curso escolar: menos móviles y más matemáticas y lengua / EFE

Es un diagnóstico frecuente, siendo la segunda causa de consulta por dolor en Atención Primaria. Sobre los 9-10 años la zona más dolorida es la dorsal, mientras que a partir de los 15 años se equipara este dolor con el lumbar. La zona cervical es la que menos dolencias produce, y cuando se manifiesta lo hace especialmente en niñas. 

Los expertos estiman que un 50% de los niños con dolor de espalda dejan de hacer deporte durante una temporada, y que un 25% incluso deja de ir a la escuela y no sale de casa mientras experimente el dolor. 

De hecho, el 70% de los niños tendrá dolor de espalda antes de los 16 años, en la zona cervical, dorsal o lumbar, de los que un 8% podría sufrirlo de manera crónica. 

Cualquier tipo de traumatismo, fiebre, escalofríos o afectación al estado general del niño, un dolor irradiado a las extremidades superiores o inferiores, contracturas severas de las articulaciones o de la musculatura paravertebral, o cuando un dolor no ceda con la medicación habitual, son síntomas que requieren la consulta del especialista de columna.