Plan preventivo vigente hasta el 30 de septiembre

¿Cuándo empieza el calor a afectar a la salud? De los 26 grados de Asturias a los 41 de Badajoz

En función de factores como el clima o la demografía, el Ministerio de Sanidad establece los umbrales de riesgo para cada provincia

Por cada día que hay un episodio de temperaturas extremas la mortalidad se incrementa, de media, en tres defunciones al día

El Ministerio de Sanidad mantiene activo desde el pasado 16 de mayo su plan preventivo frente a las altas temperaturas, que establece los umbrales de riesgo para que cada territorio, en función de diversos factores como su clima o la demografía, declare alertas por calor. Así, mientras que en Asturias se considera que temperaturas por encima de los 26 grados ya pueden afectar negativamente a la salud de las personas, en Extremadura esto no ocurrirá hasta alcanzar los 37 grados en Cáceres y 41 en Badajoz. Córdoba, con 41,5 grados, registra el umbral más alto del país.

Según explica el Ministerio, para determinar estos valores se tienen en cuenta factores personales, ambientales, laborales, sociales y locales. Estos últimos juegan un papel decisivo, ya que condicionan la temperatura de confort y la asociación temperatura-mortalidad; es decir, "la magnitud del impacto". Los principales factores locales son la demografía, que determina la composición de la pirámide de población (y por tanto la importancia de los grupos susceptibles) y la climatología, en la medida en la que los individuos están adaptados a la misma. "Ello explica que el efecto de los extremos térmicos no dependa de valores absolutos, sino de que nos encontremos, o no, dentro del intervalo de normalidad de las temperaturas en un cierto lugar", se explica en el plan.

182 zonas 'meteosalud'

El de este año mantiene los umbrales provinciales a partir de los cuales las altas temperaturas empiezan a incidir negativamente en la salud, pero como novedad introduce 182 zonas de meteosalud. Se trata de áreas de territorio homogéneas desde un punto de vista climatológico en cuanto al comportamiento de las temperaturas diarias, especialmente las máximas, de las que puede haber varias en una sola provincia.

Por cada grado que la temperatura ambiente supera esos umbrales, el riesgo de mortalidad atribuible a las altas temperaturas crece entre un 9,1% y un 10,7%. Es decir, por cada día que hay un episodio de calor extremo, la mortalidad se incrementa, de media, en tres defunciones al día.

En Castilla-La Mancha, los umbrales se mueven entre los 36 de Cuenca, los 37,9 de Toledo y los 38,1 de Ciudad Real; en Aragón, el umbral máximo lo tiene Zaragoza (38) frente a los 36,7 de Teruel y los 34,5 de Huesca y en Cataluña, Lleida tiene el mayor valor (37,9) y Barcelona el más bajo (31).

Madrid tiene asignados 35,6 grados; La Rioja 34,5 y Navarra, 34,4; en Galicia se da la mayor variabilidad, con 27,5 en A Coruña, pero 37,4 en Ourense; en Castilla y León, el umbral de riesgo es de 36,1 grados en Zamora, 36,9 en Valladolid y 35,3 en Salamanca, que desciende a valores que rondan los 33 en el resto.

Los mismos 33 grados o poco más están fijados para Araba y Vizcaya, Las Palmas, Baleares, Ceuta y Melilla, y unas décimas menos en Alicante (31,8) y Castellón (32,8). Los valores más bajos los tienen Cantabria (26,6) y Asturias (26,4).

El Plan Nacional de Actuaciones Preventivas de los Efectos de los Excesos de Temperaturas Sobre la Salud de 2024 estará vigente hasta el próximo 30 de septiembre, aunque con la flexibilidad de prolongarlo al 15 de octubre si así fuera necesario. Sanidad lleva 20 años ejecutando este plan, aunque desde hace dos ha adelantado su arranque de junio a mediados de mayo ante los cada vez más frecuentes y prolongados episodios de calor extremo a partir de estas fechas.